CAPITULO X. La aparición de Fulko

Una vez hubo despedido a la comitiva se encamino al Palacio del Obispo, tras charlar con el secretario durante unos minutos fue llevado en presencia de Paul. Este se encontraba en su despacho leyendo documentos recibidos esa mañana, pero se levantó a saludar a Pierre en cuanto este  traspaso la puerta. Después de preguntar por la vida transcurrida a lo largo de estos meses, se encaminaron a tratar los temas que tenían mas presentes: Fulko y el papa Inocencio III. 

En ese momento un sirviente trajo una limonada con pastas para llevar mejor la conversación. Paul comento las ultimas noticias de Roma. El Papa estaba embarcado en la próxima Cruzada. La derrota en el Languedoc había hecho volver su mirada a Tierra Santa. Si no podía combatir una herejía, que mejor que expulsar a los infieles de Jerusalen. Quería la gloría eterna y estaba dispuesto a todo. Había amagado con excomulgar al Rey Felipe II Augusto, pues este no quería dirigir la Cruzada. Este estaba inmerso en sus disputas con Juan I de Inglaterra por los territorios que este poseía en Francia, y la negativa de este ultimo de prestar vasallaje cuando se encontrará en ellos. 

Inocencio III ya había excomulgado a Juan por su negativa a apoyar dicha contienda. No se fiaba de Felipe  II Augusto, y pensaba que su marcha a Tierra Santa sería aprovechando por este para iniciar ciertas hostilidades. Además contaba con la mala experiencia de su hermano Ricardo I, el cual había sido hecho prisionero y liberado tras el pago de rescate, lo que había llevado al país a la banca rota. Por otro lado la situación en Inglaterra no era la idónea como para embarcarse en un viaje como ese. Inocencio III había sacado el látigo de la excomunión y aun así no conseguía ayudas para embarcarse en dicha campaña. Eso podía beneficiar para reconducir el problema cátaro, sino fuera por Fulko. 

El Obispo de Tolouse había emprendido una campaña de desacreditación contra todo el que estaba ayudando a los cátaros, y el primero de la lista era Paul Ollande. Espías en el Vaticano le habían informado de los numerosos documentos que enviaba semanalmente respecto a este tema y los ataques que estaba realizando sobre la persona del Obispo de Narbonne. La situación era insostenible y tras la mediación del Secretario del Colegio Cardenalicio, se había fijado una reunión en Narbonne entre los dos afectados y un Delegado Papal para principios de año, donde cada uno de ellos podría exponer la situación en la que se encuentra el Languedoc y la comunidad cátara. Pero no con palabras, quería una documentación y pruebas fehacientes, para poder  comparar dichas versiones. 

Secretario de dicha reunión Pierre de Brel, Conde de Puy. Paul entregó el documento firmado por el Papa donde se especificaba todo por lo que había sido informado. La cara de Pierre cambio por completo, le comento al Obispo que esperaba casarse para esa fecha más o menos y que eso haría retrasar la boda para la primavera de 1216. Paul le mostró el disgusto por ese giro inesperado en el devenir de Fulko, pero que era una orden directa del Papa y tenían que acatarla. El encuentro entre los dos se alargo a lo largo de toda la mañana y parte de la tarde. Tras los temas mas candentes vinieron otros más terrenales, como estaban los Condes de Foix y de Toulouse, como se encontraba Leonor y su marido, como estaba el bueno de Domingo, y un montón mas de temas que estuvieron intercalando. Dejaron para después de la comida y el reposo todo lo referente al Informe Cataro. 

Después de la noticia de la reunión de  principio de año, tenían que avanzar y mucho en su redacción. Había que impresionar en dos aspectos, lo que había crecido la  reforma de la iglesia en el Languedoc, y la buena participación de la comunidad cátara por integrarse dentro de ella. Los pasos que se estaban acometiendo y todo lo que se había avanzado respecto a como se encontraban antes del comienzo de la Cruzada. Pierre le indico a Paul que necesitaba saber la fecha de la reunión cuanto antes, esperaba estar unos 15 dias en Puy con su madre y a la vuelta se entregaría a la redacción de dicho documento. Tendría que visitar a Sebastian y Esclaramonde para recabar datos sobre como iba el proceso de información entre los cátaros. Eso le dejaba poco margen de maniobra, unos tres meses como máximo. Pero es lo que había y todo fuera por el bienestar del Languedoc. 

Tras una pequeña merienda, se despidieron en la puerta del Palacio, quedaron en encontrarse a la vuelta de Puy, por si se supiera ya fecha exacta y alguna otra noticia desde el Vaticano. Pierre tomo rápidamente la calle que le llevo a la casa de huéspedes de los dominicos, recogió sus pertenencia y se despidió de Manuel. Este se estraño del poco tiempo que había estado en la ciudad. Pierre se sentó unos momentos y escribió unas líneas en un papel. Se lo dio a Manuel para que alguien se lo hiciera llegar a Domingo, en el le informaba de lo que le había contado Paul sobre la reunión con Fulko y el Delegado Papal. Todo se había precipitado y el Informe tendría que estar acabado antes de final de año. 

Una vez salió de la casa se dirigió camino de Beziers, quería llegar antes del anochecer a la hacienda de los parientes de Elisée. Era poco tiempo de marcha, pero estaba cansado y preocupado. Tenía que contarla tantas cosas que parecía que el mundo se le venía abajo. Era la primera vez en meses que el animo de Pierre decaía. Pensaba que ya nada mas podía pasar, pero esta reunión no le olía nada bien, y sobretodo, tener que redactar el documento deprisa y corriendo, cuando el esperaba tener un poco de tranquilidad para poder ordenar bien todas las ideas. Tendría que realizarse de una forma metódica e invertir casi todas las horas del día para darle forma.

Cuando llego a la hacienda de Coursan vio salir por la chimenea un esplendido humo que delataba la preparación de una esplendida cena. Nadie le esperaba, pues se suponía que las reuniones con el Obispo llevarían varios días. Pero la nueva noticia hizo cambiar el orden de todo, y centrarse en lo verdaderamente importante.Los días ahora tenían un valor especial y Pierre los necesitaba.  El viaje a Puy también debía acortarse, por lo que estarían mas horas de marcha que las que en un principio se había definido. Cada día que pasaba era un día perdido en la confección del Informe. 

Cuando llego a las puertas del establo para dejar su caballo uno de los pequeños le descubrió y fue corriendo a avisar al resto, Elisée fue la primera en salir y abrazarle acompañada por alguna de sus primas que la habían estado interrogando durante todo el día. Cuando Pierre alejo un momento la vista de Elisée para saludar al resto se llevo la sorpresa de ver a Sebastian, que curiosa coincidencia. Todos pasaron al comedor para cenar, Pierre fue saludando a todos y se abrazo con Sebastian . Hacia tiempo que no se veían, desde la reunión con los perfectos cátaros en Carcasone. Todos tenían bastante apetito después de un día de trabajo y una tarde de sorpresas. Como siempre que se reunían la comida fue bastante rápida, todos querían llegar a la sobremesa donde se debatían interesantísimos temas. Y esa noche no fue distinta. Con un vino dulce especial de la zona los temas fueron desgranándose uno por uno. En alguno de ellos con muchas risas, y participación de la mayoría de los presentes. En otros mas serios y con poca participación. 

Elisée ya había informado a sus primas de la fecha de la boda, y del viaje que hacían hacia Puy para los preparativos, en ese momento Pierre tomo la palabra disculpándose delante de ella. Había cambios que tenía que saber, y esperaba contárselo a solas pero dada la ocasión informaría a todos. Pierre relato la conversación con Paul sobre la reunión con Fulko para principio de año, donde el había sido designado Secretario Papal. Eso hacia que la boda se retrasase para principio de la primavera, solo serían unos meses de retraso. Elisée se mostró disgustada, sabía que solo serían unos meses pero ya quería sentirse esposa de Pierre. Este informo a Sebastian de las maniobras y desprestigio que Fulko estaba llevando contra los cátaros. Por lo que necesitaba acabar el Informe, además de que necesitaba saber como estaba el sentir de la comunidad. Por ello pensó en reunirse con él y Esclaramonde a finales de Noviembre  en Lagrasse, para saber la respuesta de los perfectos.

Pierre había sido informado que en la Corona de Aragón los musulmanes que se quedaban en la tierra reconquistada y abrazaban la Fe cristiana eran considerados como cristianos nuevos con el vocablo mudéjar. La permisividad con ellos era lo suficientemente flexible, como para convivir sin prestar mucha atención a si seguían estrictamente las enseñanzas de Cristo. Es decir, nadie podía saber si en verdad seguían ocultamente las enseñanzas de Mahoma. Lo importante para la Corona era su fidelidad y compromiso con el Rey, convirtiéndose en ciudadanos de la Corona de Aragón. Nadie pensaba que los cátaros abandonaran inmediatamente sus costumbres de siglos, pero si que se convirtieran poco a poco en ciudadanos de la iglesia, y fueran participes de  ella, no enemigos. Siempre existirían personajes como Fulko que los persiguiera, pero el tiempo y los hechos colocaría a cada uno en su verdadero lugar.

La tertulia había vuelto al tema central de muchas de sus reuniones, el informe que Pierre tenía que redactar para que la iglesia no siguiera considerando el catarismo una herejía. Menos mal que alguna prima mas adolescente cambiaba rápido de tema para que todo fuera mas divertido. Los últimos momentos se trataron los preparativos de la boda. Todas querían ser dama de honor de Elisée y querían conocer los pormenores del enlace. El tiempo apremiaba y había que realizar muchos encargos, el primero el traje de la novia. Una de las primas, llamada Elena se presento voluntaría para realizarlo. Se autoinvito al viaje hacia Puy con el pretesto de ir tomando nota de todo lo concerniente a la boda y poder ayudar mas en todo. Un vestido no se planea en unas horas, necesitaba conversar con Elisée sobre gustos y valorar diversos bocetso y el tiempo de estancia en Puy sería idóneo. Tras convencer a Pierre todo fue calmándose y terminaron llendose a sus camas para descansar.

El día comenzó con una pequeña lluvia que hizo retrasar el viaje, pero en cuanto escampo un poco se pusieron en camino. La primera parada sería Montagnac, a mitad de camino hacia Montpellier que era el destino del segundo día. El viaje transcurrio rápido., ya que todos tenían unas enormes ganas de llegar cuanto antes. a Montpellier llegaron  cuando todavía era de día, y aunque estaban cansados merecia la pena ver la magnifica ciudad. Una vez que los sirvientes y soldados se alojaron en la posada, y Pierre y Elisée se adecentaron un poco, dierón un paseo por las zonas mas céntricas de la villa. Al final no les acompaño Elena, estaba demasiado cansada y no quería molestarles en los pocos ratos que tenía de intimidad. Cenarón en una taberna típica de la zona, donde compartieron pensamientos que habían tenido durante los dos días desde su salida de Coursan. Cuando volvieron a la posada estaban relativamente cansado, y Pierre decidio emprender marcha hacía media mañana. Estaba deseando llegar, pero también sabía que tenia que dosificar el esfuerzo de Elisée y Elena, no quería que cayeran enfermas y eso si que sería un problema. Por ello pensó que se tomarían un día de descanso en Nimes. El miércoles era día de mercado, y era famoso en la zona, aprovecharían para visitarlo y así descansar u poco más. Reanudando la marcha el jueves podían realizar la siguiente etapa en unos tres o cuatro días, esperando llegar para el domingo , coincidiendo con el inicio de las fiestas en Puy. No había avisado a su madre por lo que la sorpresa sería grande.

Como se había pensado se cumplió y la comitiva llego al atardecer a Nimes, la visita al mercado fue reponedora, y el descanso mucho más. Aprovecharon para tomarse un baño en los famosa termas de la ciudad, que les regenero no solo el cuerpo sino el alma. El camino continuo haciaPuy pasando por Alès, Genolhac para acabar en Langognec a la orilla del Lago Naussac. La verdad que los días que pasaron atravesando los bosques de esa zona fueron explendidos, no solo por el paisaje sino por la agradable temperatura que se tenía en esa semana de Septiembre. Tenían Puy a un día de marcha, pero querían llegar en las mejores condiciones, por lo que no marcharían de nuevo hasta el medio dia del domingo. Con ello llegarían sobre el atardecer de dicho día, coincidiendo con la misa que daba inicio a las fiestas. Ese era el objetivo, entrar en la iglesia antes de comenzar la liturgia y dar una sorpresa a Blanca. Por la mañana aprovecharon para asear y adecentar a los caballos, limpiar y asear los uniformes de los soldados. Adecentarse un poco y disfrutar de las verdes orillas del lago. Despues de tomar un refrigerio marcharon hacia Puy. La marcha estaba muy animada, siempre el ver cercano el objetivo anima y mucho, y además de la compañía que se iba generando por muchos lugareños que iban a la misa de la ciudad.

 

Pierre no se había percatado de las mejoras que se iba encontrando a cada paso que iba dando dentro de su territorio. El estar ansioso por ver a su madre y el ir explicando cada sitio a Elisée le había hecho pasar por encima de muchas de las mejoras introducidas. La primera era la mejora de los caminos. No recordaba que a su marcha estuviera en esas condiciones, el paso continuo de carrertas, arados, bueyes y demás hacía que estuvieran siempre en mal estado. Esto era otra cosa. Asi fue pasando el tiempo hasta que se encontraron a lo lejos con el Castillo de Puy y su entorno. Una pequeña muralla se levantaba alrededor de el, cobijando un grupo de casa próximas, configurando una especie de Cite parecida a la de Carcasone. Las casas se veían reformadas y adecentadas, y aunque la utilización de la madera tenía que haber mermado el tamaño del bosque, este no parecía haber sufrido ninguna mengua. Se había ampliado el puente sobre el rio Loire, y se veía un pequeño embarcadero a un lado de él. El comercio entre alguno de los condados se realiza en barcazas a través del rio. Un molino nuevo terminaba con el explendido paisaje de ciudad y bosque. Elisée iba encantada con todo lo que estaba viendo. No pensaba que la ciudad fuera tan hermosa como lo que estaba contemplando. Hubo entre ellos pequeñas conversaciones donde Pierre iba explicándola diversos lugares.

Antes de la hora prevista se encontraron en la explanada del castillo, tras pasar por una inmensa puerta fortificada que separaba el burgo de la Cite. Seguro que hay había entrado la mano de Molay. Se veía bullicio , además de estar preparada una comitiva para salir . Pierre pensó que era justo el momento, seguro que su madre estaría dando los últimos retoques para ir a la misa de celebración de la festividad de septiembre. Dicha fiesta no estaba dedicada a ningún santo en concreto, se realizaba como ofrenda hacía la nueva cosecha de uva que iba a venir, y como tal se había mantenido a lo largo de los siglos. Puy era famosa por sus vinos, y que mejor forma de comenzar que una misa para que todo se llevará a cabo sin ningún tipo de problema.

Pierre estaba ayudando a desmontar a Elisée del caballo cuando de repente oyo murmullos en la escalinata del castillo. Blanca estaba descendiendo por ella acompañada de Molay, y rápidamente se percató quienes eran las personas de dicha comitiva. El abrazo entre madre e hijo fue largo, hacia mas de un año que no se veían, y a cierta edad eso es mucho. Tras varias miradas y besos, Pierre le presento a Elisée, su prometida, y también a Elena su prima. Blanca hecho a llorar. Abrazo y beso a Elisée, mientras Pierre estrechaba la mano de Molay. Este había dado instrucciones a un paje para que fuera al capellán y retrasarán media hora el comienzo de la misa.

El momento fue mágico, tras años de trabajo por fin todos reunidos, y con algo que celebrar. Unos sirvientes trajeron unos refrigerios para los recién llegados, Blanca quería subir al salón para charlar un rato, pero Pierre insistió que no. Necesitaba que alguien se ocupara de los soldados, de su ubicación y acomodo. Molay dio instrucciones rápidamente al mozo de cuadra. Los sirvientes que venía también fueron atendidos y alojados en unas habitaciones cerca del castillo por esta noche. Pierre entre tanto informo a su madre que estaban en Puy para organizar una boda. A Blanca se le volvieron a iluminar los ojos de lagrimas y Molay se acerco a abrazarla. La felicidad era plena en esos momentos. Elisée estaba atenta a todo lo que sucedía y estaba contenta de ver a Pierre tan emocionado por todo. Hasta ese momento no se había percatado del poder que tenía su prometido. Siempre le había visto fuera de sus posesiones, como un caballero errante, dedicado a pleitos y disputas entre reyes y papas, pero no como un caballero guerrero. Como los condes de Toulouse o Foix. Ahora si. Al ver el castillo, la muralla, el territorio, la gente que se movía a su alrededor, comprendía que era el señor de dichas tierras.

La misa se había retrasado por su llegada, y el alboroto que se sucedía en las escalinatas del castillo era increíble. Pierre indico que era el momento de ir a la misa, tendrían tiempo de charlar durante la cena. Ayudo a su madre a subir a la carreta que las llevaría a la iglesia y también a Elisée. De un pequeño baúl saco una camisa verde dorada, que se cambio en plena explanada, mostrando el torso para cotilleo de muchos de los espectadores. Se puso un pequeño gorro en la cabeza que embellecía aun mas su larga melena y colgó de su cintura una esplendida espada toledana, de su visita a Toledo en la Cruzada contra los moros en la península ibérica.

La verdad que si Pierre quería impresionar sobre quien era el dueño y señor de esas tierras lo estaba consiguiendo. Blanca se sentía orgullosísima de su hijo y Elisée de su prometido. Molay y él montaron a caballo y cada uno intercambio su pareja. Pierre se puso al lado de su madre mientras Molay acompañaba a la joven Elisée. Este ultimo tenia preparada una sorpresa para madre e hijo. Era la primera vez que se iba a hacer, pero que mejor forma que realizarlo hoy. Cuando Molay mando al paje no solo indico que se retrasar la misa, sino que se llevará a cabo todos los preparativos especiales de una boda. Blanca había soñado con la boda de su hijo, y se había mandado tener una alfombra roja desde la puerta hasta el pulpito. Pero Molay tenía otra sorpresa, dos sillones grandes de madera de estilo trono presidirían la misa de ese día. Cuando llegaron a la iglesia y Blanca vio la alfombra y los adornos, volvió a echar una lagrimita. Agarrada del brazo de Pierre entraron por la puerta principal pisando por primera vez la roja alfombra. En ese momento se percato de los sillones que presidian la sala principal, con dos pequeñas sillas a los lados. Miro a Molay que iba detrás de ellos agarrado del brazo de Elisée. Los vitores de los ciudadanos al paso de la pareja eran cada vez mayor. No solo durante el recorrido del palacio a la iglesia, sino también desde la puerta hasta sus asientos. Cuando llegaron a los asientos Blanca se separo de Pierre y ofreció a Elisée su lugar en dicho sillón. Pierre se negó, al igual que Elisée, pero Blanca lo tenía decidido. Ya era suficientemente feliz como para robar protagonismo a la joven y bella prometida de su hijo. Hoy era el primer día de los Conde de Puy, y así tenía que ser. Pierre sabía de la testarudez de su madre, por lo que no insistió. Se sentaron en los sillones arropados al lado por Blanca y Molay.

La misa se pasó rápidamente, cada uno de los presentes tenía la cabeza en muchos sitios, hubo continuas miradas entre todos, y el capellán que impartio la eucaristía agradecío varias veces la presencia del Conde en tan importante celebración. Cuando todo hubo terminado, todos querían saludar a los jóvenes prometidos, por lo que se improviso un pequeño besamanos donde Blanca y Molay fueron presentando a los presentes. Muchos de ellos eran conocidos que habían ido prosperando según lo hacía la ciudad, y se habían convertido en la clase alta de esta. Eran amigos de Blanca y Molay, con los que debatían muchos de los temas que se habían ido produciendo durante este largo años. Alguno de ellos pertenecían al gobierno municipal, el cual se encargaba de llevar asuntos relacionados con el comercio y la política, que representaban los intereses de esta delante de Blanca y Molay como administradores del Condado. Es verdad que la ciudad había crecido , y mucho , y eso llenaba a Pierre de orgullo. Pero no solo por las mejoras introducidas, sino por los buenos resultados que estas habían traído para el bien de la comunidad. Después de un rato largo de presentaciones todos fueron abandonando la iglesia y encaminándose a sus respectivas casas. Blanca había ordenado una cena  en homenaje a su hijo y su prometida.

Cuando llegaron al castillo todo estaba preparado en el salón para el pequeño banquete. Se sentaron en una de las mesas mas pequeñas para poder estar todos mas juntos y poder charlar con tranquilidad. Blanca quería estar cerca de su hijo, tocarle, hablar y preguntar de muchas cosas. Pierre se dio cuenta de las mejoras que se habían introducido en el castillo, y la comodidad que tenía en ciertas salas por donde pasaban. Vio una pequeña ampliación que se había realizado en la primera planta,  y que Molay le explicaría más tarde. La cena fue lenta, debido a la cantidad de temas que trataron durante ella. Pierre charlo sobre muchos y diversos temas de su ultimo año, mientras Blanca y Molay le fueron informando de las mejoras que se habían ido introduciendo desde su partida. El comercio con la parte norte de Francia había aumentado, en parte debido al pequeño embarcadero que se había construido en el Loira. La rapidez sobre el transporte terrestre era ostensible, por lo que ahora Puy estaba la ruta de muchas de las caravanas venidas de Italia hacia Paris. Eso había hecho que muchos comerciantes se instalaran en la ciudad, al resultarles mas baratos las viviendas y tiendas de sus negocios. El mercado había aumentado y traido la prosperidad a la comunidad. Habían hecho ciertas inversiones como un mayor molino, un regadio a una de las zonas con dificultad de acceso al agua, pero con una tierra muy productiva, y la introducción de ciertas especies ganaderas y agrícolas que habían diversificado la producción de ambas. Pierre notaba el orgullo con que su madre le explicaba todo, Elisée se mantenía a la escucha, participando lo justo de la conversación y contestando las cosas que de ella se requerían. 

En un momento de la noche Pierre adelanto una fecha, la primavera del año próximo, en concreto para mediados de marzo sería el enlace. Blanca lloró de alegría, se levanto y beso a Elisée, no sabía la alegría que había traído al castillo. Indico a su madre la premura de tiempo que había. Tenía que redactar un informe en los próximos meses, ya que para principio de año tendría lugar una reunión importante donde dicho informe sería clave en el devenir de la iglesia en los próximos años. Por ello tenían que estar a principios de octubre en Carcasone. Sabía que solo podían estar un par de semanas en Puy y durante ese tiempo  tendrían que organizar el enlace. Para alguno de los temas Elisée se había hecho acompañar de su prima Elena, presente en dicha cena y que no había abierto la boca en toda la noche, más que para reír y brindar. Querían saber de que se podía disponer y que idea también tenía Blanca. Seguro que había pensado muchas veces en ese momento y no querían dejarla de lado en tan importante momento. Pierre delego en ellas todo, pues el quería comprobar con Molay todas las mejoras que se habían producido, visitando a caballo cuantos mas lugares mejor.

La noche se fue alargando, no parecía terminarse, pero el día había sido agotador y por fin dieron por terminada la velada. Fue el momento que Blanca aprovecho para dar una sorpresa a su hijo. Las reformas de la primera planta habían ido encaminadas a una nueva habitación para el señor del castillo. Cuando Elisée lo vio quedo encantada, era una amplia, pensada para Pierre y su esposa, sin saber quien era entonces, pero con todo lo necesario para una vida matrimonial. Una amplio ventanal hacía que estuviera muy iluminada, con unas vistas explendidas sobre el bosque y el rio Loira. Según Blanca se veían los mejores amaneceres de la región. Elisée se hecho a llorar y fue rápidamente consolada por Pierre. Estos días dormirían Elena y ella en dicho cuarto y Pierre se alojaría en el de invitados. Todo ya estaba preparado así que después de despedirse y abrazarse se fueron cada uno a sus habitaciones. Pierre y Elisée dieron una pequeña vuelta antes de acostarse por el castillo, querían contemplar todo, verlo con sus propios ojos, recorrer paso a paso el que era su hogar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario