CAPITULO XXIII. La llegada a Paris


A principios del año 1225 llegan a Paris Pierre y Elisée. La muerte de Felipe II y el ascenso de Luis VIII marcan una nueva vida para ellos dos. Durante el viaje hacia la capital del Reino son muchas las conversaciones que mantienen ambos, intentando averiguar lo que se van a encontrar. La correspondencia mantenida con el Rey les tranquiliza, esto es debido a los cambios que se han ido produciendo en la política de Francia, así como nuevos miembros que han ido ocupando diversos cargos relevantes en el gobierno del país. La salida como embajador del antiguo secretario es una liberación para Pierre y sobretodo para el joven Luis.
El recibimiento fue magnífico, el Rey estaba deseando empezar una nueva etapa, y quería ponerse rápido a trabajar. No le dio tiempo a Pierre ni de llegar, para tener las primeras reuniones. El joven Rey era impaciente y quería recuperar el tiempo perdido. La Reina Blanca se ocupó de enseñar a Elisée el Palacio del Louvre, residencia oficial de los Reyes de Francia y que ahora también iba a ser la suya. Elisée esta muy agradecida  con la Reina. La sintonía entre ambas damas se puso de manifiesto rápidamente, un simple paseo por el Palacio y parecía que reconocieran de toda la vida.
Blanca era cuatro años mayor que Elisée y estaba embarazada de seis meses. Ademas de Luis, el Delfín, tenía otros tres hijos. Roberto de 9 años, Alfonso de 5 años y Felipe Dagoberto de 3 años. Esperaba que por fin llegara una hija. Había perdido hacia unos años a su primer hijo Felipe, que todavía estaba presente para ella, pero Elisée notaba que era una mujer fuerte. Blanca pregunto por los hijos de Elisée y esta le comento que estaban en ello. Tuvo un embarazo complicado y el señor no les ha agraciado con ello todavía. Las dos mujeres estuvieron largo y tendido charlando sobre la corte y la aristocracia, las damas de compañía, la moda de Paris y un sin fin de temas que hicieron las delicias de Elisée, y que entretuvieron a la Reina durante bastante tiempo. 
Mientras tanto en el Salón de Reuniones del Louvre, Luis VIII y Pierre debatían sobre los primeros movimientos que se tendrían que realizar para que el territorio de Francia creciera. Pierre le comento que había que apuntalar por la parte Norte los territorios obtenidos con la Paz de Utrech. Las dificultades políticas en Inglaterra tendrían que ayudar para poder establecer algún tratado que permitiera incorporar los Ducados de Normandia, Aquitania y Gascuña sin derramamiento de sangre, o por lo menos no de sangre francesa. Los Escoceses y Galeses estaban bastante revueltos con el Rey de Inglaterra y había que aprovechar esa circunstancia. En el caso del Languedoc, un tratado con el Rey Pedro II sería una solución magnifica. Un matrimonio de conveniencia donde el territorio pudiera anexionarse a Francia en el caso de que no hubiera descendencia en los próximos años.
Por otra parte estaba las relaciones con el Vaticano. La idea seguía siendo recuperar  Tierra Santa y expulsara los infieles de Jerusalen, por lo que existían posibilidades de una nueva cruzada. Además Nápoles y Sicilia estaban revueltos y eran territorios muy importantes estrategicamente.
Pierre le mostró unos documentos de cómo poder ir avanzando en cada uno de los temas territoriales que tenían entre manos. La relación con cada uno de los reinos se tenía que llevar con bastante diplomacia, y los embajadores estaban informados de ello. Le contó la idea de realizar una reunión que tendría como escenario  Navarra, donde quería que asistirían: Enrique III de Inglaterra, Federico II Emperador del Sacro Imperio, Pedro II de Aragón , Sancho VII de Navarra , Fernando III de Castilla-León y Honorio III. En ella se establecerían unos acuerdos diplomáticos donde estudiar los limites geográficos de cada Reino y la problemática que cada uno tiene. Para ayudar en ello, el Papa Honorio III quiere terminar la reconquista en la Peninsula  Iberica y ayudar a la repoblación demográfica con caballeros cristianos que colaboren en dicha misión. Los territorios serían de los Reyes de Castilla y Aragón, pero se expulsaría al infiel del territorio de la vieja europa.
Luis VIII quedo maravillado por semejante plan e indicó que se pusiera manos a la obra con dicha reunión. Iba a intentar el dialogo con los demás reinos cristianos, pero sino, terminarían en guerra. Pierre propuso al Rey la ciudad navarra de Easo, ciudad portuaria y que podría acoger a los sequitos de ambas delegaciones. Pensaba que la fecha de 25 de Julio festividad de Santiago Apóstol sería idónea, pero Luis VIII tenia que decidir sobre ello. No hubo mucha discusión, “El León” estaba impaciente y no quería retrasar más las ganas expansionistas de Francia.
Otro tema era la educación del Delfín Luis. El Rey estaba preocupado con el poco interés que mostraba por los asuntos de estado, así como su instrucción militar. Pasaba demasiado tiempo con su madre Blanca, y le gustaba mucho la obra y milagros de religiosos franceses de los últimos siglos. El joven delfín estaba entusiasmado con Sinibaldo dei Fieschi, confesor de la Reina. Era una persona muy dicharachera y le gustaba contar historias religiosas, creia que era una buena forma de comprender las enseñanzas de Cristo. Esto le preocupaba al Rey, no quería que se convirtiera en un joven débil. Pierre indico a Luis VIII que hablaría con Sinibaldo sobre la educación del joven príncipe.
En ese momento aparecieron las damas, Pierre no había tenido oportunidad de saludar a la Reina, inclinandose ante ellas con una majestuosa reverencia. En ese momento Luis indico que tenía hambre y que ya era hora de dejar de hablar y parlotear, el cuerpo también necesitaba descansar y alimentarse. Todos rieron con la ocurrencia del monarca.
Tras una comida esplendida Pierre y Elisée se retiraron a sus aposentos. Era una habitación increíble dentro del Palacio del Louvre. Estaba cerca de los aposentos reales, y además del espacio reservado para la cama y muebles, tenia un pequeño despacho donde Pierre podría continuar trabajando. Su sitio oficial era una cámara continua al Salón de Reuniones que presidía el Rey. Era sencillo pero acogedor. Los dos se miraron con alegría y felicidad, sintiendose dichosos por lo que el señor les había regalado, pero era momento de intentar traer descendencia a este mundo y tendrían que aprovechar momentos como ese.
Las siguientes semanas pasaron bastante deprisa, el Rey queria que se mandaran los documentos de la reunión de Easo a los Reyes de la Cristiandad. Pierre tenia reuniones con los cargos nombrados por el Rey para saber el estado de las finanzas, economía, política, y poder explicar a cada uno de ellos la forma que quería que ellos trabajaran. Pierre era una persona meticulosa, con las ideas muy claras, pero sabia escuchar y sobretodo sabia convencer cuando las cosas no iban como el deseaba,
La mayor sorpresa fue la reunión con Sinibaldo. El Cardenal era una persona muy afable, y entendió rapidamente lo que Pierre le propuso. Estuvieron charlando de sus vidas, de cómo cada uno de ellos había llegado hasta alli. Se sinceraron mutuamente, y crearon un plan para que el Delfín se fuera interesando por los asuntos del Reino sin dejar otros quehaceres. Sinibaldo le comento a Pierre que conocía a Ugolino. Pertenecía al sequito de este cuando era joven, recorriendo parte de la Lombardia y la Toscaza. Cuando Ugolino se traslado a Avignon mando a Sinibaldo como emisario del Vaticano en Paris. Circunstancias de la vida, un día en que necesitaba de paz y espiritualidad confeso a una dama, la cual estaba atormentada por la muerte de su hijo varón. No veía consuelo en su vida. Sinibaldo aconsejo varias veces a dicha dama sin saber quien era, hasta que fue llamado a Palacio. Dicha dama era la Reina de Francia, que  lo tomo como confesor. Y así cambio su vida.
El tiempo fue avanzando y las semanas se hicieron bastante cortas con tanto trabajo que tenían en mente. La Reina estaba a punto de dar a luz, y el parto estaba siendo complicado. Además de los físicos y las comadronas estaba Elisée con ella. En estos casi tres meses que ya llevaban en Paris se habían hecho inseparables. Se contaban todo ,sin ningún secreto. Blanca tenía miedo del parto. Es verdad que ya tenia 4 hijos y por lo tanto la descendencia de Francia asegurada, pero deseaba una hija..
El 7 de marzo de 1225 nació Isabel. La felicidad inundo el Palacio del Louvre. Blanca estaba muy dolorida por el parto pero la felicidad era enorme. Todos estaban contentísimos, hasta el Rey, que muchas veces parecía mas pensativo en sus ideas territoriales que en su propia felicidad. Se establecieron 3 días de celebraciones por dicho motivo, y hubo fuegos artificiales para conmemorarlo. No se pensó en gastos, el Rey estaba contento de ver a Blanca tan feliz de haber tenido a una niña y no era el momento de miramientos. Nunca se había preocupado por las finanzas, salvo cuando los enfrentamientos bélicos lo necesitaban, y no iba a ser ahora ese el día de comenzar ahorrar en gastos.
En cuanto al tema de Eseo, los emisarios devolvieron uno por uno las confirmaciones de las asistencias de los reyes a la reunión de Julio.  El más problemático fue Federico II, el embajador en Aquisgrán no supo transmitirle la necesidad de dicha reunión pero Pierre envió ciertas cartas con emisarios que terminaron por convencerle. De esta forma se ahorro un viaje ya que Pierre estaba dispuesto a hablar con el Emperador en persona para hacerle ver la importancia de dicha reunión y lo que su presencia en Eseo representaba.
La comitiva francesa fue la primera que partió hacia la población de Eseo a principio de Julio. A la llegada se encontraron con campamentos de los distintos Reinos a las afueras de la ciudad. Pierre había entablado conversaciones con los secretarios reales de los Reinos de Navarra y Aragón. Habían formado un recinto especial donde tendría lugar la reunión.
 Se colocaron a las siete delegaciones a lo largo de un círculo, donde se daría asiento a solo cinco personas, el Rey, su secretario personal, y tres barones de la nobleza. La distribución fue la siguiente:
Navarra presidiría dicha reunión estando a su derecha el Papa, le seguía Aragón para continuar con Inglaterra. Por la izquierda el Rey Francés seguido de Castilla  y el Emperador. La tensión durante los dos primeros días fueron grandes, había muchas rencillas y por lo tanto cualquier tema que se abordara creaba discusión. Pierre hablo por la noche con el delegado papal y quedaron en presentar al día siguiente la Reconquista Santa de la Península Ibérica. Había que empezar a avanzar y ese podía ser un camino. 
Pierre explicó al delegado papal los problemas internos que iban a encontrarse y las dificultades que iban a ir teniendo. Ninguno de los reyes se fiaba de los otros y eran tantos los matrimonios de conveniencia que era difícil saber quien era familia de quien. Por poner un ejemplo, Fernando III el Santo era sobrino político de Luis VIII. Su madre Berenguela Reina de Castilla era hermana de Blanca de Castilla esposa de este. Pero además estaba emparentado con el Rey Enrique III, con sangre común gracias a Leonor de Plantagement hija de Enrique II de Inglaterra y Leonor de Aquitania.
Pero otra tía de Fernando III, Leonor (hermana de Blanca y Berenguela) era nuera de Pedro II el Catolico, ya que estaba casada con Jaime, el heredero de Aragón. Pero a su vez Pedro II había sido cuñado de Federico II hasta la muerte de  su hermana Costanza, mujer de este ultimo. No se quedaba atrás Sancho VII nieto de Alfonso VII de Castilla y Leon y que estaba casado con una de las hijas de Federico I Barbarota.
Pero el plan era ideal, Fernando III guerreaba con los infieles en los Reinos de Sevilla, Cordoba y Jaen y había conseguido conquistar Extremadura. Gracias al matrimonio de Leonor, presto ayuda a la campaña del Reino de Valencia y de Murcia liderada por el joven Jaime de Aragón. Era una buena estrategia que los cruzados afianzaran dichos territorios y doblegaran el de Malaga y Cadiz y cercando a los de Granada y Niebla
Como habían ideado, durante varios días la distracción estuvo en la expulsión de los infieles de la Peninsula Iberica. La Quinta Cruzada había acabado hacía relativamente poco, pero muchos caballeros estaban en la ruina, sin posesiones, ni dinero y era una forma de seguir luchando contra un enemigo común. Todos coincidieron que era una magnifica idea, antes de recuperar por fin Tierra Santa, expulsara los infieles de la Península.

El verano fue largo con tantas reuniones, no llegaron a alcanzar un acuerdo común entre los reinos presentes, pero por lo menos todos estuvieron de acuerdo en el tema de los infieles. Pierre presento un documento de cinco años donde los reinos cristianos apoyaran las causas de Tierra Santa y la Peninsula Iberica.  
Con la firma del Tratado de Eseo en Septiembre de 1225 se garantizaba una pequeña paz en la vieja Europa. Federico II anuncio su compromiso con Yolanda de Brienne e invito a todos los reyes presentes a los esponsales que se llevarían  a cabo en la ciudad de Aquisgrán a principios de Noviembre. Todos felicitaron al novio, y comenzó una fiesta improvisada en el Salón de Reuniones. EL Rey Sancho se ocupo de que los sirvientes trajeran un buen ágape para celebrar esas dos efemérides. Habían sido días duros, de riñas, discusiones y enfrentamientos, pero al final eran familia, de alguna forma u otra todos estaban emparentados entre ellos, y por lo tanto había que celebrar todas las alegrías que se producían.
Algunos monarcas indicaron que no podrían acercarse a la boda, debido a las situaciones políticas de sus reinos, pero que mandarían una representación acorde al enlace que se iba a producir. Federico II agradeció a todos el comportamiento que habían tenido con el y entendía la dificultad de fechas después de Eseo. La marcha iba a ser rápida y quería un brindis por lo que se estaba consiguiendo. Todos los lideres levantaron su copa y gritaron “Con Honor”, frase acuñada en las Cruzadas cuando se iba a empezar un combate y resaltaba el compañerismo y valor de los cruzados antes de la batalla.
Las semanas pasaron bastante deprisa tras Eseo. Luis VIII no tenía muchas ganas de ir a la boda de Federico, la reina Blanca había estado débil después del parto y ya había estado fuera mucho tiempo como para iniciar un nuevo viaje a Aquisgrán. Los  encargados Pierre, Sinibaldo y el joven Delfín Luis. Era momento de que empezara a saber el peso de la Corona. Elisée se apunto rapidamente, aunque sabía que su marido lo utilizaría como un escaparate político, donde establecería reuniones con las demás delegaciones, quería  y necesitaba pasar unos días románticos en una ciudad tan de moda. El evento era grandioso, el Emperador se casaba y la misa la oficia el propio Papa Honorio III.
Como ella imaginaba,  los días que pasaron en Aquisgrán fueron una mezcla de reuniones, actos oficiales, banquetes, fiestas, un sin parar que hizo las delicias de Elisée. Pudo pasear y comprar por la zona de comerciantes de la seda junto a otras damas, charlar distendidamente con ellas y de paso enterarse de los cotilleos de alcoba de media Europa. También tubo tiempo de pasear con Pierre por esas calles tan modernas, no todo lo que ella hubiera deseado, pero lo suficiente como para poder olvidarse durante un breve instante de lo que les rodeaba y centrarse en ellos dos. Elisée quería ser madre, iba a cumplir los 33 años una edad en la que muchas ya empiezan a ser abuelas. Es verdad que estar destinada a ser perfecta le había hecho encontrar el amor muy tarde, y su naturaleza le hacía difícil concebir hijos, pero quería sentir ese momento de alumbrar una nueva vida. Pierre la beso en los labios y tranquilizo sus nerviosismos y ansiedades. La vida les había hecho correr mucho y necesitaban tranquilidad.
Tras la boda de Federico II, Pierre y la comitiva pasan las navidades en el Condado de Puy. El Rey Luis VIII estaba informado de ello, pensaba que le vendría bien al joven Delfín de recorrer un poco de territorio francés para que viera la responsabilidad que caería sobre sus hombros algún día. También quería que paseara por el canal hasta Orleans y viera las instalaciones que el ejercito tenia con Aramis. La verdad que el joven Luis había conectado muy bien con Pierre, este le contaba bastantes aventuras sobre Francia, hablaba sobre los caballeros, las cruzadas, pero tambien le hablaba sobre sus ciudades, las personas, y sobretodo los problemas. A Sinibaldo también le hacia ilusión pasar por Puy. La Universidad era de las mas famosas de Francia, y su Abadía-Hospital de los mejores de Europa. Pensar que Ugolino de Segui había ayudado al crecimiento de dicha institución le llenaba de orgullo y a la vez le daba una especie de envidia sana.
Los días que pasaron en Puy fueron magníficos, aprovecharon para estar con la familia a la cual no esperaban ver tan pronto cuando partieron. Molay y Louis pusieron al día a Pierre en los pequeños momentos que las mujeres les dejaron. Blanca no se separaba de su hijo ni un instante durante las comidas, aprovechando cada uno de ellos para recordarle cuando la iba a hacer abuela. Pero los días pasaron y toco irse a Paris.

En Paris esperaba bastante trabajo. Aunque Pierre tenia correspondencia casi diaria con Palacio, gracias al servicio de mensajeros que había desarrollado tras su llegada, su presencia se notaba. Económicamente el pais iba bien, los pocos nobles que estaban en desacuerdo con la politica de territorios que se estaba llevando a cabo se habían unido a los ejércitos de Pedro II y Fernando III en la Cruzada Santa de la Península Ibérica. Eso llevaría tranquilidad al Rey, ya que no tendría a  ciertos nobles todo el día incitando a la batalla. Las noticias desde Inglaterra eran buenas, sus conflictos con escoceses y galeses no se arreglaban y haría olvidar por un tiempo a Enrique III los problemas con sus Condados en territorio frances.

El que estaba revuelto era Federico II. Después de su boda, como si la vigorosidad del matrimonio le hubiera poseido, le había hecho pasearse con un pequeño ejercito por el norte Francia, incumpliendo el Tratado de Utrech. El Rey Luis VIII que llevaba bastante tiempo sin salir a la batalla, y que la pequeña caza y sesiones de espada le tenían aburrido decidio organizar un ejercito e ir a la frontera con el río Rhin para asustar a Federico II de lo inútil de su aventura.Pierre intento persuadirle de que no se embarcar en esa aventura, que la diplomacia era mas util en esos momentos, pero fue imposible. A principios de la primavera partió de Paris hacia el norte con un ejercito de 5000 hombre. Se le informo al embajador del Sacro Imperio que se estaban realizando maniobras militares debido a incursiones vikingas, pero todos sabían que era una forma de intimidar a Federico II para que regresara a Aquisgrán.

Este movimiento dio un poco de vida en la corte durante toda la primavera. Las informaciones que llegaban eran de diversas escaramuzas a lo largo de la orilla del río Rhin, lo que hizo que los dos reyes estuvieran distraídos durante varios meses. Mientras tanto Pierre se puso en contacto con el Secretario Real de Federico II y le recordó el tratado de Utrech. Este le mando una carta donde le explicaba que el Emperador lo sabía y que el había hecho todo lo posible por evitar esos movimientos con ejercito por el Rhin, pero que Federico parecía un jovenzuelo después del matrimonio y quería demostrar a su amada Yolanda la valentía de su esposo. No entraba en razones. Se disculpaba ante Francia, y prometía un abandono del ejército de Federico II de las fronteras francesas.

Durante los enfrentamientos con las tropas de Federico II, Luis VIII cae enfermo. Unas fiebres de origen desconocido hacen que retrase su marcha a Paris, una vez la paz llego a la frontera. Pierre manda a los mejores físicos al encuentro del monarca. En ese momento sucede otra increíble noticia:
Elisée esta embarazada.
El Palacio del Louvre se llena de felicidad, la noticia recorre cada uno de los metros de cada estancia. Elisée es una persona muy querida y todos se alegran de su felicidad. La primera Blanca. La reina aunque preocupada por el estado de salud de su esposo felicita con efusividad al matrimonio Brel. Por fin un descendiente.
El Rey llega a Paris a finales de Junio, su estado es estable pero sigue teniendo replicas de las fiebres. Se le aisla del resto de la familia real para evitar posibles contagios. Blanca no entra en razones y no se separa de su cama durante días. Pierre tiene que asumir parte del gobierno de Francia durante este tiempo y viendo la gravedad de la salud del monarca decide mandar un mensaje a Molay para que el  mejor médico que tienen en Puy venga a Paris a ayudar a salvar al Rey. En dicho mensaje también se informa a su madre del estado de buena esperanza de Elisée.

El medico que recomiendan se llama Gabriel, salido de la Universidad de Puy, ayudo en Tierra Santa y aprovecho su estancia para pasar por Damasco y completar su formación en medicina. Las primeras exploraciones dan poco margen de maniobra y determina un estado avanzado de la enfermedad. La dificultad de la cura es complicada, ya que el Rey tiene problemas respiratorios, debido a infección en los pulmones que le produce fiebre alta. Parece que existe hinchazón o liquido en los pulmones, y eso se esta complicando.
La Reina Blanca no se separa ni un minuto de Luis. Su matrimonio no fue cuestión de estado, fue por AMOR. El LEÓN era un apuesto joven que deseaba media Europa, y ella fue la afortunada. Veía como poco a poco se le iba la vida y no quería separarse ni un instante.Los médicos estuvieron durante tres meses haciendo todo lo posible para salvar la vida del Rey. El empeoramiento de su salud hace que a finales de octubre no se le practiquen mas sangrías para aliviar su cuerpo, y si que se utilicen métodos analgésicos para evitar el dolor. Pierre informa a todos lo embajadores del estado de salud del Rey y manda un mensaje al Papa.

El 8 de Noviembre de 1226 muere Luis VIII “EL León” Rey de Francia. Los funerales se realizan en la Capilla del Louvre y asisten todas las delegaciones de los reinos de Europa. Honorio III oficia la misa y el entierro se realiza en el Panteón de Reyes de Los Invalidos. El féretro lo encabezan su hijo Luis IX Rey de Francia y el Secretario Real Pierre de Brel Conde de Puy. La reina Blanca llora desconsolada al lado de Elisée en avanzado estado de gestación. El paseo entre el Louvre y Los Invalidos se realiza en una carroza real descubierta. Paris se hecha a las calles para despedir al primer Rey que llevo un poco de Paz al Reino.
Luis IX asciendió a la edad de 12 años al trono de Francia. En previsión de su corta edad Pierre redactó unos documentos donde la regencia la ostentaría su madre Blanca de Castilla hasta que cumpliera los 16 años. Las decisiones que se tomaron en un primer momento son que Sinibaldo dei Fieschi continuará como Secretario Particular del joven Rey, orientándole y educándole en temas históricos, religiosos y de leyes. Para ayudar a la Regencia de Blanca se busca una persona adecuada, que piense en los intereses de Francia antes que en los suyos propios. Necesitaban a alguien que pudiera ayudar en política y economía y que a la vez fuera formando a Luis IX en estos dos caminos. 

Pierre sería el Secretario Real como hasta ahora, pero Blanca pensaba en más. Tras varias semanas de buscar, Blanca reúne a Sinibaldo, Pierre y al Rey para discutir el nombre que tiene en mente. Propone que Pierre sea el Primer Senescal de Francia. Que dicho puesto absorba al de Secretario Real y acompañe en las tareas de regencia y gobierno de Francia a Blanca de Castilla. La cara de Pierre es un poema, Blanca esta proponiendo que sea una de las personas mas poderosas de Francia.

Luis IX se levantó y se acercó a su madre diciendo en alto “Madre, que así sea. Padre confió en Pierre los últimos años de su política, el ha demostrado la dedicación por Francia   y no seremos nosotros lo que lo pongamos en duda”. El silencio fue grande, Blanca se levantó y beso con fuerza a su hijo diciendo “Serás un GRAN REY hijo mío”, se acercó luego a Pierre que continuaba atónito con tanta palabra y le pregunto:
“Pierre de Brel, Conde de Puy, aceptas el cargo de Primer Senescal de Francia para mayor gloria del Rey Luis IX”, Pierre respondió: “Majestades, si acepto”
La alegría inundo el salón. La Reina conseguía varias cosas, una persona dedicada a Francia y sin aspiraciones personales más que el beneficio de todos ellos. Que cuidaría del Reino que ha heredado su hijo, que le ayudaría en dicho gobierno, que educaría y guiaría a su hijo, que le haría mejor persona. Una persona en quien confiar en momentos de dudas, con habilidades para la diplomacia tan necesarias hoy en día  y también un amigo. El y su mujer, ahora en estos momentos donde ella se había quedado viuda, y donde la Regencia ocuparía parte de su vida, necesitaba a una pareja así.

El día 6 de Enero de 1227 Pierre de Brel es nombrado Primer Senescal de Francia por el Rey Luis Ix y su madre Blanca de Castilla delante de toda la nobleza de Paris en el Salón del Trono del Palacio del Louvre.

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