CAPITULO XII. De Vuelta al Languedoc


El regreso pareció una carrera más que un viaje. Todos hicieron un esfuerzo por minimizar el tiempo y en tan solo cinco días se presentaron en Coursan. Llegaron al atardecer, cuando la cena se estaba preparando y el personal arreglándose después de un duro día de trabajo. A todos le piño por sorpresa y como siempre que visitaban la hacienda la alegría marco el tiempo de compañía. Esta vez no se quedarían mas que esa noche, por lo que se acostaron mas tarde que de costumbre. Pierre y Elisée contaron lo que se habían encontrado en el Condado de Puy y lo contentos que estaban de todo lo que habían visto. Por su parte Elena comento que se iria a Carcasone con su prima unos meses para terminar de arreglar todo lo relativo a la boda.

El viaje definitivo se tendría que realizar con una carreta donde fueran muchos de los enseres que los nuevos Condes quisieran tener en su Castillo de Puy, asi como todos los vestidos y preparativos de la boda. La madre de Elena suspiro durante un rato, pero entendía a su hija. Ella no había nacido para trabajar en la hacienda, lo hacía por qué no había otro remedio, pero no le gustaba nada. Estaba aprovechando la oportunidad que se le presentaba de vivir en la ciudad, su prima le había abierto el camino  y sabía que sería difícil que regresara. El siguiente paso sería que se enamoraría, se casaría y formaría una familia. Pero era el destino y por eso la dio su bendición. Siempre que se reunían alrededor de la mesa aparecían las mas diversas conversaciones, tertulias inimaginables, que creaba una atmosfera de familia que Pierre no había sentido en su vida. La verdad que aquellas personas se habían convertido en su verdadera familia. El cansancio acumulado del viaje hizo mella en Elisée que se quedó traspuesta en el hombro de su tia, aprovecharon todos para dar por finalizada la sobremesa de la cena y encaminarse cada uno a su habitación.

A la mañana siguiente después de desayunar partieron hacia Narbonne, Pierre tenia que pasar por el Palacio del Obispo para conocer las últimas noticias del Vaticano. Tras un breve encuentro con Paul donde le indico que todo seguía igual, y que lo único que se había avanzado era la fecha de la reunión 31 de Enero y el nombre del delegado papal  Cencio Savelli, que había ocupado el cargo de tesorero del Vaticano y tutor del Emperador Federico II. Era un hombre importante, siendo Cardenal Presbitero de la iglesia de San Juan y San Pablo  y uno de los candidatos a suceder a Inocencio III. Por esto, la reunión entre Fulko y Paul no era una más, sino que se había tratado como un asunto muy importante, como preludio al estudio del Informe Final sobre el catarismo.

Por ello tenía que prepararse todo con el mayor cuidado posible, sin que faltara ningún detalle a dicha reunión. Pierre indico al obispo que empezaría a redactar el documento en cuanto se instalará en Carcasonne y que cuando se fuera avanzando vendría a verle a Narbonne para consultar las dificultades y problemas que se hubieran encontrado por el camino. El tiempo apremiaba, y después de un breve refrigerio, se despidieron en la puerta del palacio comenzando la última etapa de su viaje.

La llegada a Carcasonne fue ya bien entrada la noche. A mitad de camino uno de los soldados partió mas veloz para avisar en el Castillo. Cuando llegaron había sirvientes esperándolos, y hasta la propia Leonor estaba todavía despierta. El ruido en la explanada fue grande durante varios minutos, siendo extraño para el personal por las horas que eran. Mientras desmontaban los viajeros, y los sirvientes iban vaciando los enseres que portaban los burros se arremolino sobre ellos mas servidumbre de la que tenía que estar. Hacia casi un mes que habían partido y todos querían saludar a los recién llegados. Los soldados fueron a los establos a llevar a los caballos y quitarse las cotas de malla, estaban cansados y deseando ver a sus familias. Pierre les agradeció los días prestados, saludando uno por uno a todos ellos. Los dos sirvientes puestos por Leonor estaban siendo saludados por parte de la servidumbre del castillo. Algunos eran familiares, pero la mayoría llevaban toda la vida al servicio junto a ellos. Preguntaban por el viaje y las historias que habían pasado, ya que muchos no habían salido de la comarca en su vida. El haber estado en ciudades como Montpellier o Nìmes , o haber viajado cerca del mar, eran todo un acontencimiento y una enorme envidia.

Leonor beso a Elisée con efusividad, la había echado mucho de menos, y estaba deseando hablar de todos los planes que había. Ella le presento a su prima Elena, pidiéndola que si podría quedarse con ellos un par de meses para ayudarlas en los preparativos de la boda. Leonor no puso ningún reparo, sabían que el castillo era suficientemente amplio, y además Enrique había tenido que subir a Normandia para arreglar unos asuntos del Rey Juan. Siempre se sentía sola y la compañía le agradaba. Por otra parte una persona nueva indicaba que habría que enseñarla de nuevo  la ciudad , los alrededores, y eso sería días de salidas y viajes, cosa que le encantaban a Leonor.

Como el fresquito de la noche arreciaba ya a esas horas pasaron rápidamente a un pequeño saloncito donde les sirvieron la cena. Tenian tanto hambre que todo les pareció excelente. Durante la cena no pararon de hablar. Al contrario que Elena, Leonor  era muy dicharachera, y preguntaba todo lo que estaba en su cabeza. Por eso también la convertía en una persona muy divertida, ya que de vez en cuando repetía preguntas o ponía en apuros a alguno de los contertulios. Elisée estaba encantada con las preguntas, ya que tenía unas ganas enormes de contarle todo lo que había sucedido en el viaje. Leonor pregunto que fecha había elegido para la boda, Pierre y Elisée se miraron y no pudieron contestar, no habían pensado en ello. Leonor se levanto y dijo “Eso hay que remediarlo ahora mismo”. Pierre se puso a pensar en una fecha, desde el 31 de Enero que se celebrara la reunión en Narbonne, pensando en el tiempo que pudiera durar, los documentos que pudiera redactar, etc, tendría que ser hacia finales de Mayo. Elisée no quería mas retrasos así que opino de buscar una fecha en Junio para que Pierre estuviera ya liberado de todo su trabajo y además que el buen tiempo acompañará el enlace. Leonor como siempre dio una fecha, 10 de Junio. Todos se miraron, Elena asintió con la cabeza, después de estar solo pendiente de la comida durante toda la cena. Pierre y Elisée confirmaron la fecha con un beso y los aplausos de Leonor y Elena.

Había sido una vuelta contrareloj, todos estaban cansadísimos, y aunque Leonor fue la mejor de las anfitrionas, estaban deseando tomar el camino de sus habitaciones. Elena y Elisée fueron las primeras y cuando Leonor iba a acompañarlas, Pierre pregunto si podría utilizar el pequeño despacho al lado de su habitación para poder redactar el Informe. Leonor asintió con la cabeza. Pierre se despidió de las chicas y las informo que se levantaría temprano para ir a ver a Domingo y comentarle los nuevos acontecimientos sobre el tema de los cátaros.

Por la mañana tomo rápido un desayuno y partio al monasterio de Fanjeaux, donde por suerte se encontró con que Domingo no estaba en ninguna de sus misiones por el Languedoc. Pierre le informo de la reunión de Narbonne, la fecha del 31 de Enero y el delegado papal que había sido designado: Cencio Savelli. A Domingo le parecio una persona muy válida y ecuánime, por lo que pensaba que era una buena noticia para los intereses del Languedoc. Pierre pensó en que Domingo podía redactar un documento sobre la reforma de la iglesia, el crecimiento de la orden de los Dominicos, la ampliación de los territorios de presencia , asi como el trabajo que se estaba llevando a cabo. Eso contrarrestado con el poco crecimiento de las comunidades cátaras, debido en gran parte a la presencia de una nueva iglesia, más involucrada y participativa  en la comunidad, que había abandonado los malos hábitos de épocas anteriores.

Eso había hecho que muchos miembros hubieran vuelto a la senda. Pues todo ello había que documentarlo, para que la idea que sobresaliera es la poca importancia del catarismo en estos tiempos, su casi nula actividad, y la posibilidad de reconducirlos en el camino de la nueva Iglesia. Parecia que el tiempo no hubiera pasado, pero ya casi era mediodía, aunque Domingo quería que se quedara a comer Pierre denegó dicho ofrecimiento y tras un breve piscolabis partió hacia Carcasone, quería comer con Elisée y pasear toda la tarde, ya que a partir de mañana tendría muchísimo trabajo en la redacción del Informe. Quedaron en verse cada tres semanas para poder comentar en que situación se encontraban, e ir matizando algunos términos que pudieran resultar de vital importancia para el devenir de la reunión.

Pierre llego cuando las tres mujeres habían comenzado a comer, Leonor indico a uno de los sirvientes que trajeran un plato más y silla para Pierre, sentándose entre Leonor y Elisée. Tras tomar un trago de una fresca cerveza, conto su breve estancia en Fanjeaux. Las ideas que querían plasmar en ambos documentos, y por donde querían que transcurriera la reunión con Fulko y el delegado Papal Cencio Savelli. Como casi siempre la conversación fue pasando de un tema a otro, algunos transcencentes y otros de lo mas informal.

El tiempo se vio alterado,y parecía que no pasaba, hablando y comentando todo tipo de cuestiones. Pierre estaba un poco ensimismado en sus propias ideas. Invito a las mujeres a dar una vuelta por la Cite o dar una vuelta a caballo por los alrededores, o las dos cosas si se daban prisa, asi le enseñarían a Elena los dominios del Conde de Tolouse. Estaban levantándose de la mesa cuando apareció Enrique ,para sorpresa de Leonor , que salio corriendo a su encuentro. En esos momentos uno comprendia el amor que se profesaban, y la valentía de Leonor de esperar pacientemente en el castillo durante los continuos viajes. Enrique saludo al resto de los comensales, y presento a la persona que le acompañaba, George de York primo suyo y heredero del Ducado de Seridane. Elena clavo los ojos en el joven ingles y se ruborizo cuando este le beso la mano.

Todos sonrieron, y se alegraron, pues la verdad que pensaban lo aburrido que podía ser estos días con Pierre encerrado en su despacho y ellas solas en el castillo. Enrique y George se unieron al paseo por la zona exterior de la Cite y mas tarde por el interior. Fue una tarde agradable donde pasearon, rieron y charlaron. Volvieron para la hora de la cena, Leonor había preparado una pequeña sorpresa en los platos que iban a tomar, y sobretodo un vino joven de la última cosecha, que estaba listo para poder tomarse y venderse.

En la cena todos preguntaron a Enrique sobre las relaciones entre los Reyes de Francia e Inglaterra, como estaba la situación en ese momento, y que problemas veía a corto plazo. Este informo de la presión de Inocencio III en participar en una nueva cruzada, las amenazas de excomunión para ambos monarcas, y una relativa calma entre ellos. Tras la batalla de Bouvines, se establecio una especie de tregua no escrita entre ambos países. Había aumentado el número de espias dentro de ambas cortes, y la desconfianza era grande, por lo que se necesitaba un periodo de tiempo para ver como continuar con dicho proceso. Ambos monarcas estaban de acuerdo en no participar en ninguna cruzada, no solo por el peligro personal, sino por la inversión económica. Las arcas de ambos reinos estaban vacias, y se necesitaba tiempo para poder llenarla. Los nuevos impuestos no conseguían llenarlas, y si estos se aumentaban producirían revueltas como las que tenían en Nottingham el Rey Juan.

Por ello, aunque no de forma publica, los dos monarcas habían pactado retrasar al máximo la nueva cruzada, para enfado de Inocencio III. Los territorios perdidos por parte de Inglaterra en territorio francés no habían creado ningún problema en la estrategia inglesa. Con el resto, habían creado una nueva política diplomática, y el trabajo de Enrique estaba siendo fundamental, siempre en contacto con el Mariscal ingles. Por ello estaba George aquí. Era familia de ambos y eso uniria los lazos entre ambas familias, además de que Enrique necesitaba un ayudante para muchos de los temas que se estaban tratando. Se encargaría de su preparación, para luego poder desarrollarla dentro de la corte inglesa. Despues de la comida sirvieron un vino dulce que estaba buenísimo. Elena mira de vez en cuando al joven George, tendría mas o menos la misma edad, y pensaba en la responsabilidad que le estaba tocando asumir estando al lado de su primo.

Todo esto sucedía  cuando el mes de Octubre comenzaba, quedaban cuatro meses exactos para la reunión de Narbonne y el trabajo tenía que ser metódico. Se partia de un documento previo donde se exponía como se había llegado a la Cruzada Albigense, como el catarismo había ido ganando adeptos durante el siglo XII. Como la iglesia había abandonado a sus fieles en las zonas del Languedoc y dicho lugar lo había ocupado los cataros. La preocupación del Vaticano más por la evolución de estos que por la desidia de la iglesia. La predisposición de intentar en un principio acoger a los cataros bajo los muros de la Iglesia, los problemas surgidos con el Conde de Tolouse y de Foix, el asesinato del delegado papal en el Languedoc, eran alguno de los capítulos que se describían en dicho documento.

A partir de ahí y como consecuencia del Tratado de Tolouse, había que desarrollar el Informe Final, donde se estudiaría de nuevo la acogida de los cataros bajo el manto de la iglesia, la forma de que puedan desarrollar su labor sin que se viera una herejía. La aparición de Domingo de Guzman era fundamental. La creación de la Orden Mendicante de los Dominicos era la base de todo. Ellos habían tomado todos los buenos habitos de los cátaros y los habían llevado a su máxima expresión, compitiendo con ellos en bondad, auxilio, compañía, así como reformando las estructuras abandonadas de la iglesia en el territorio del Languedoc. Su implicación en las comunidades, su trabajo incansable, estando siempre en el lugar que se les necesitaba, había hecho de los dominicos un ejemplo en el que mirarse. Por ello parte del Informe era el documento de Domingo , acompañando por una visión de la situación actual del catarismo, numero de comunidades actuales y número de buenos hombres que pudieran impartir el Consolamentum.

Por otro lado se tendría que desarrollar la idea de situar a los cátaros como Orden Medicante, basándose en los principios de los dominicos. Las bases de dicha orden se habían desarrollado en la reunión que se tuvo en Carcasone entre cataros y representantes de la iglesia, con Paul Ollande y Domingo de Guzman a la cabeza. En dicha reunión se marcaron las líneas de actuación para una integración paulatina.

El ritmo diario de esos días siempre era el mismo, varias horas por la mañana de reclusión en el despacho y un ratito por la tarde. De vez en cuando una lectura de lo escrito, para rectificar errores o incongruencia, ayudados muchas de las veces por el grupo de las mujeres. Los domingos descanso, aprovechando el tiempo para disfrutar de los amigos, pensar en otra cosa y recobrar fuerzas. Todos los días reservaba su tiempo a Elisée, para pasear, para informarse de los avances de la boda. Esta muchas tarde se sentaba en el despacho a hacer punto, viéndole como se afanaba entre tanto documento. El tiempo pasaba rápido. Cada tres semanas las visitas de Domingo a Carcasonne para aunar ideas, Pierre recopilaba los papeles que le entregaba Domingo y los refundia en un único documento. Eran pocas las veces que se salían del guión. Sabían que tenían que estar preparados para una gran batalla.

Elisée lo comprendía, el futuro de su familia dependía en parte de ese documento. Pero no solo las visitas de Domingo, el obispo Paul también se dejaba caer por allí una vez al mes, quería estar al tanto de la evolución del Informe, y además traía siempre noticias interesantes de Fulko y del Vaticano. Pierre aprovechaba las escapadas que hacían Leonor, Elisée y Elena para visitar Foix o Tolouse. Buscaban salir de la monotonía del castillo y visitar unos días a los condes. Sobre todo a Isabel, con la cual  Elisée tenían una química especial. Alguna de las veces aprovecharon la compañía de Enrique y George, que por cierto cada vez se le veía mas cerca de Elena. Tambien fueron a Lagrassen a visitar a Esclarmonde, y coincidieron con su hermano Sebastian que estaba de paso hacia Montsegur.

Asi llego el invierno. El nerviosismo de Pierre aumento, las noticias desde el Vaticano no eran nada buenas. Inocencio III quería una guerra fuera como fuera, y la de Tierra Santa parecía difícil. Narbonne podía marcar un antes y un después a toda esta situación y el era consciente. Aun así durante la Navidad hizo un descanso. Invitaron a Domingo a pasar dicha semana todos juntos, así aprovecharían para poner todo en orden. El Obispo de Narbonne también se invito y al final los Condes de Tolouse se apuntaron. Los Condes de Foix no fueron pues Clarise esta en cinta y tenia vómitos que la impedían viajar. La  intensa nevada que había caído días antes, no alentaba a dicho viaje.

La noticia del embarazo de Clarise fue una felicidad para el resto de las mujeres, que se pusieron manos a la obra para regalarla la mejor canastilla para el recién nacido. Sin saber el sexo, decidieron realizar dos, por si acaso. Las reuniones durante esos dias fueron magnificas. Nunca el castillo había tenido tanta vida y tanta alegría, sin preocupaciones. Parecia mentira la responsabilidad que habia caido sobre ellos. Paul había ofrecido a Domingo y Pierre que se trasladaran a Narbonne a mitad del mes de Enero, asi podrian preparar in situ la reunion. Esta se celebraria en una de las alas del Palacio del Obispo, y sería bueno ir creando un ambiente para dicho momento. De paso Elisée y Elena podrían pasar esos diasen Coursan visitando a la familia. Leonor tambien se había apuntado, pues Enrique tenia que acercarse esos dias a Poitiers y se quedaría sola en el castillo,y no quería perderse tal evento.

Terminada la festividad de la Navidad todos regresaron a sus quehaceres diarios. La fecha de partida era el sabado 16 de Enero hacia Narbonne. Domingo tenia que ultimar algunos temas de la orden y se marcho rapidamente a Fanjeaux. Paul Ollande estaba esperando noticias del Vaticano y tampoco demoro su camino. Los que mas esperaron fueron los Condes de Tououse, estaban en su casa y la presencia de Enrique y George les hizo retrasarse un par de semanas hasta que se fueran a Narbonne. Eso fue aprovechado por Elisée y Leonor para preparar el vestido.

Elena había hecho un pre-diseño con telas viejas y lo tenía ya terminado. Fueron a visitar a uno de los mejores sastres de Carcasone para explicarselo. Querían que fuera al castillo y viera el boceto de Elena. Sabían de la independencia de estos en sus diseños, pero esperaban convencerle de su idea. Enrique, George y Raimond aprovecharon para estudiar una ampliación de Carcasonne. La Cite estaba ya masificada y había que crear un nuevo cerco por la parte oeste,camino a Tolouse, que fortificara las nuevas viviendas que se habían ido creando alrededor de la muralla original. Eso mantuvo ocupado a los habitantes del castillo durante esos dias.

Las intensas nevadas hacian que estuvieran mucho tiempo en el castillo, y que el tiempo pasara mas despacio. Pero sin darse cuenta el dia llego,los preparativos durante los dias previos habian sido intensos. Marcharian con una carreta donde llevarian ropas y comida para una temporada, aunque la verdad que al tener alojamiento en Narbonne todo se podría comprar. Enrique había preparado una comitiva de protección con 8 soldados. Escoltarian la nueva carroza que el Conde de Toulouse había hecho traer de Paris y que amablemente le había cedido a su hermana. Esta protegeria a las mujeres de las inclemencias del tiempo.  Tambien les acompañaria varios sirvientes para realizar las labores domesticas. Durante los dias que durara la reunion habitarian en una casa alquilada en el centro de la ciudad, que el Obispo amablemente habia conseguido. Asi estarian mas tranquilos y relajados despues de todo el dia de trabajo. Domingo queria alojarse en la casa de huespedes de la orden, tenia asuntos que debatir con Manuel y aprovecharia para informarse de los avances de la orden por esas tierras. En un principio Elena, Leonor  y Elisée pasarian unos dias en Coursan con su familia, por lo que Pierre estaria solo, ya que Enrique y George marcharian a Montpellier. Pero tarde o temprano todos regresarian y era mejor tener una casa amplia.

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