CAPITULO XXV. La VI Cruzada y Coronación de Luis IX

El ejercito partió de Brindisi el día del Corpus del año 1228, destino Acre. La llegada fue más fácil de lo previsto, ya que los ataques árabes por el mediterráneo no se produjeron. En los primeros días de Septiembre los cruzados establecían las primeras confrontaciones con los musulmanes, pero enseguida llegaron mensajes del Sultán Al-Kamil, sobrino de Saladito. Las luchas internas que mantenía con Al-Naser hacía que en ese momento una guerra contra los cruzados por defender Jerusalén fuera inviable.
El embajador de Al-Kamil negoció con Federico II una tregua de seis meses, en la cual el ejército cruzado podría estar  en la Ciudad Santa, pero tendrían que respetar a judíos y musulmanes. Los recintos sagrados y sus zonas comerciales. Al cabo de dicho periodo abandonarían la ciudad y regresarían a Acre. A Federico II le pareció un buen plan, pero el legado papal Pelagio quería una Guerra Santa como fuera. Francisco de Asis que se encontraba en la expedición intento negociar entre el legado y el Sultán, sin llegar a ningún acuerdo.
Al-Kamil tenía cada vez más frentes abiertos. Desde Damasco no llegaban buenas noticias, y su ejército estaba bastante dividido entre tanto frente. Su hermano Al-Ashraf deseaba poseer Jerusalén, y con ello conseguir el Sultanato. El ejército de Al-kamil había partido de Egipto, pero eso le dejaba descubierta  la  entrada de Damieta. Necesitaba una tregua con los Cruzados, que volvían al ataque por las ciudades camino de Odessa, el Krak de los Caballeros, cercando Jerusalén y reclutando caballeros por Palestina.
Después de siete meses de enfrentamientos Federico II y Al-Kamil firmaron el 1 de Febrero de 1229 una tregua de 10 años, devolviendo Jerusalén al Reino Cristiano. El acceso a los musulmanes y judíos se prohíbe durante la noche, manteniendo los comercios actuales, pero limitando su crecimiento. No existirá ningún tipo de restricción a los sitios sagrados como Cúpula de la Roca, Mezquita de Al-Aqsa y la Sinagoga. El legado papal seguía oponiéndose a la firma de dicho pacto, pero la decisión era definitiva.
Federico II no quería perder más tiempo en una empresa que no le llevaba ningún tipo de beneficio. Al final había obtenido más de lo que el esperaba, ya que aunque Gregorio IX se oponía, se coronó Rey de Jerusalén aunque actuaba en principio como regente de su hijo Conrado. La presión de Roma hizo que al final abdica en Conrado II (recién nacido a su llegada a Acre) y que su regencia la llevara su abuelo Juan de Brienne. Su madre Yolanda había acompañado a Federico II en este viaje, y aun estando embarazada no se separó de su esposo. El parto la había dejado muy débil, y su estado era critico. Los médicos no creían que llegará a la primavera, y aconsejaban que no viajara de nuevo pues eso agravaría su estado. 
Federico II estaba en una encrucijada. No quería seguir en Jerusalén. La campaña que se había organizado para reconquistar la ciudad había sido un éxito. En menos de nueve meses habían conseguido una tregua. El quería volverse a Aquisgrán pero todo se estaba volviendo en su contra. Los caballeros de fortuna que le habían acompañado estaban deseosos de poder encontrar ese tesoro por el que habían partido de Brindisi. Muchos de ellos buscaban aventuras en los territorios adyacentes a Jerusalén. Motivos de estrategia militar, asentar las posesiones, confirmar el dominio del terreno conquistado, situar puestos de vigia, eran suficiente como para retrasar la marcha.
Por otro lado la ciudad estaba abandonada, después de las ultimas confrontaciones las buenas murallas construidas por Saladino y sus descendientes habían sido destruidas por la parte norte, y en deterioro por la sureste. Aquellos trabajadores desplazados para ayudar en la reconstrucción también necesitaban de su recompensa.
Y por último, el estado de su mujer y el nacimiento de su hijo, hacía recomendable su continuidad en Jerusalén. Eso también le daría gloria, pues una victoria tan rapida no crearía el sentimiento de dificultad y por lo tanto seria ridiculizada respecto a las demás. Por otro lado, la regencia de su suegro podría interferir en los intereses del Sacro Imperio, y estaría bien estar un tiempo para supervisar  la política que se iba a llevar a cabo. Intentaría devolver al delegado papal a Roma y que se quedara Francisco de Asis como interlocutor papal, persona muy apreciada por todas las comunidades religiosas de la ciudad.
Durante estos meses en el resto de Europa hubo una paz total. Cada vez que había una Cruzada se intentaba no complicar la difícil situación política de los Reinos con enfrentamientos entre ellos. Solo el problema ingles continuaba. Los escoceses se habían hecho fuerte detrás del muro de Adriano y tenían en jaque al ejército de Enrique III.
En cuanto a noticias de índole familiar, Elisée continuaba en Puy a la espera de recuperarse. Tras el parto había tenido una fuerte depresión, y su estado había sido bastante preocupante. La Condesa de Tolouse, Isabel , y la Condesa de Foix ,Clarise , se acercaron a pasar una temporada ahora que la tranquilidad en el Languedoc permitía este tipo de viajes.
Las buenas noticias por otro lado son los caminos emprendidos por dos de los hijos de Louis de Molay, importantes para su vida. Juan, es llevado a Roma para prepararle con el Papa Gregorio IX. Y Jesús ingresa en el Temple a la edad de 14 (en el año 1272 será el Mariscal del Temple pero eso esta todavía muy lejos)
En otro orden de cosas, se dicta la partida de Federico II para finales del otoño. Viendose retrasada por la muerte de Francisco de Asis y la llegada de un nuevo legado papal. El designado es Rinaldo Conti (sobrino de Gregorio IX) recién nombrado cardenal a la edad de 30 años. Ayudará en la regencia del Reino de Jerusalén a Juan de Brienne, y se encargará de supervisar las clausulas de la tregua firmada con Al-Kamil
Por fin Federico II embarca en Acre a finales de Enero de 1229. Gran parte del ejército cruzado se queda en Jerusalén, pensando en un futuro mejor que la nueva tierra les puede dar. Los pequeños caballeros, así como la baja nobleza se quedan allí. Las perdidas sufridas en sus posesiones en Europa hacen que busquen lejos de su tierra de nacimiento. A Federico a demás le acompaña Yolanda y su hijo Conrado. El estado de salud de ella es preocupante, pero deciden emprender la marcha como un familia unida.
Son recibidos por el Papa Gregorio IX a su llegada a Brindisi, donde recibe las muestras de cariño de la población. Federico II entiende la grandeza entonces de la empresa en la que se embarco al dirigir la VI Cruzada por la Gracia de Dios. No tendrá mayor honor después de ser Emperador del Sacro Imperio Que recuperar Jerusalén de manos del Infiel.
La llegada de cada uno de los nobles a sus Reinos y la promulgación del final de la Cruzada por parte de Gregorio IX, hace que la paz y tranquilidad en Europa desaparezca. El primero en empezar las hostilidades, Jaime de Aragón, que hace incursiones en la isla de Sicilia, en manos del Emperador Federico II. Y no solo Sicilia, tambien Córcega y Cerdeña están entre sus objetivos mediterraneos.
En la corte del  joven Luis IX empieza a preocupar  la vida asceta que esta llevando. Pierre y Blanca no han conseguido cambiarle después de la marcha de Sinibaldo y ni los esfuerzos por que le interesará la política y las guerras han fructificado. El fuerte carácter de Blanca choca con parte de los secretarios reales, pero Pierre suaviza siempre esa tensión. Necesita a Blanca a su lado, es la madre de Luis IX, la Reina.

Un hecho marca el devenir en la vida de Luis IX, tras casi cinco años de regencia por parte de Blanca de Castilla sobre su hijo, esta presenta su renuncia ante el Consejo Real. La sorpresa es tremenda, el Rey acaba de cumplir los 16 años, aunque se  valora que aun no esta preparado para asumir todo el poder Real el solo. Por ello se redacta un documento en los que hasta que no cumpla los 18 años (25 de Abril de 1232) seguirá ayudando en la regencia de Francia el Primer Senescal  Pierre de Brel Conde de Puy. Ayudará en estos dos años a que Luis IX complete su formación. Su estrecha relación con el papa Gregorio IX y el Rey Enrique III debido a la regencia de George y Enrique de Burgh ayudarán en este camino.

Las navidades de 1230 son estupendas, Elisée regresa a Paris, acompañada de Jacques y Nicolas. La Reina Blanca esta contentísima por dicha decisión, ya que ahora sus obligaciones son mucho menor y el tiempo libre mucho mayor. Necesitaba a alguien con quien poder ocuparlo, y que mejor que dos pequeños diablillos que recorrerán todas las estancias del Palacio del Louvre. Pero no solo ella, Pierre no cabe de alegría por esa noticia. Son muchos los meses de enfermedad de su mujer, y el distanciamiento entre ellos. Casi no conoce a sus hijos del poco tiempo que ha pasado con ellos y eso hay que empezar a recuperarlo desde hoy.

Durante varios años la vida de la familia Brel estuvo centrada en Paris. La Regencia de Pierre esta en su ultimo periodo, Luis IX esta cada día más preparado para asumir el reinado. La principal preocupación de hacia unos años en su vida asceta, se ha ido transformando. Ya no es ese joven taciturno y callado, deseoso de leer obras de santos y mártires, sino que se ha convertido en una persona seria, gran estratega en temas políticos, con buena mano izquierda para los temas peliagudos y sobretodo sabiendo escuchar y dejar aconsejarse por la gente de su alrededor.

Pierre había estado pensando en buscar un buen Consejero Real que guiara y aconsejara las difíciles decisiones que tuviera que tomar en los próximos años. La decisión la tenía casi tomada. El Mariscal del Temple de Paris, Robert de Lis, mano derecha del Gran Maestre de la Orden del Temple era su elegido. Durante los últimos años había sido su interlocutor en Paris con la Orden. Muchos de los problemas económicos de Francia habían sido resueltos en las múltiples conversaciones entre ellos. Ávido para los negocios, siempre encontraba una palabra justa para un problema. Por eso su relación había ido creciendo y a esto se unía que Robert había apadrinado al joven Jesús de Molay el cual estaba a punto de cumplir ya los 18 años.

Por otro lado los jóvenes Jacques y Nicolas siguen creciendo, Elisée a retomado su actividad social dentro de la Corte y la Reina Blanca se ha convertido en una fiel compañera. Son muchos os momentos en los que se las ve juntas, y con muchísimas confidencias. Son famosas las fiestas que se celebran en el Palacio, asi como la modernización que se ha llevado a cabo en el. La cultura es otra de las parcelas que ha crecido con ellas, la música, el arte, la pintura, el teatro, son disciplinas que desde hace tiempo se realizan el el Palacio del Louvre. Las conversaciones se han ido enriqueciendo gracias a ello, y muchos intelectuales de Francia han buscado un estudio en Paris para poder participar en algunas de las tertulias apadrinadas por Elisée y Blanca.

En cuanto la política, la idea de Pierre no había cambiado. Luis IX estaba al corriente de todos los pasos que se han ido realizandando y esta al tanto de los últimos movimientos que se estaban llevando a cabo. Dos de los tratados que estaban sobre la mesa estaban cerrados.

EL tratado de Jaca de 1231 con el Rey Pedro II, por el cual Pedro (hijo menor de Pedro II y hermano de Jaime) se caso con María (tía del actual Rey Luis IX). Y por otro lado Felipe (tío también del Rey de Francia) se casa con la hija de Pedro II, Sancha. Como se quedó con el Conde Labordeta, se crearon los Condados del Languedoc (Condes Pedro y Maria)  y del Rosellón (Condes Felipe y Sancha). Se estableció como cláusula que mientras hubiera descendencia el territorio del Languedoc seguiría bajo protección de la Corona de Aragón, si en algún momento la línea sucesoria acabara, se incorporaría a la Corona Francesa..
Por otro lado el Tratado de la Provenza, donde Luis IX firmo su enlace con Margarita. El acuerdo con el Conde de la Provenza es total. La fecha estipulada para finales de 1233 o principio de 1234, según los avatares que se produzcan.La firma de estos dos tratados deja una posible incorporación de territorios a Francia en los próximos años, con ciertas cláusulas sobre descendencias y uniones. Pero lo más importante evita derramamientos de sangre, y una paz entre los Reinos Europeos.

Así como sin querer llego el día señalado, 25 de Abril de 1232, fin de la  regencia de Pierre. Toda la nobleza de Francia se da cita en Paris ya que el 1 de Mayo es el día elegido para la Coronación en el Louvre de Luis IX. No solo asistirá toda Francia sino que varias delegaciones de los Reinos amigos estarán también presentes.  El propio Gregorio IX colocará  la corona sobre su cabeza.Por dicho motivo la actividad en Palacio esos días es frenética. Blanca y Elisée no dan abasto con todos los preparativos, y eso que han contado con la ayuda de Isabel y Clarise, que han venido desde el Languedoc para ayudar en todo lo que pudieran.

La coronación fue uno de los espectáculos más increíbles del S.XIV, todos los historiadores lo recogen en sus libros, y aquellos escritores de época lo reflejan en sus obras. Es difícil de explicar en unas lineas la grandiosidad que se produjo durante esos días en Paris. Todo el mundo colaboró a que el enlace real fuera uno de los acontecimientos sociales más grandes realizados hasta la fecha.

Tras los días de festejos por la Coronación de Luis IX, que además se vio aumentada por la noticia de su boda con Margarita de Provenza, presente en dicho acto, la vida en la Corte tenía que seguir su paso. Y uno de ellos era el Concilio que se iba a realizar en Beziers.

Sin recuperarse de los días de fiesta tras la Coronación de Luis IX, Gregorio IX y Pierre parten hacia la ciudad de Berziers. Por fin el Informe Final servirá para algo. El Concilio tiene previsto incluir a los cátaros dentro de la Iglesia. La Herejía a terminado después de mas de 20 años, en los cuales los enfrentamientos han sido continuos, con guerra incluida.

En los libros de historia quedará lo siguiente: 


  • XIII Concilio Ecuménico
Ciudad de Berziers mayo de 1232.
Convocado por el Papa Gregorio IX
Tema a tratar, la inclusión de la Comunidad Cátara en la Iglesia Católica.
Informe previo realizado por Domingo de Guzman y Pierre de Brel, Conde de Puy.
Participantes, 325 Obispos, 715 abades y priores y 75 perfectos.
Documento, Bula Papal sobre la Orden mendicante Cátara.
Dicha orden estará integrada dentro de la Iglesia Católica y contemplara:
·   La creencia en la Santa Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
·   Aceptación de las Santas Escrituras, enmarcando el evangelio de San Juan, así como la Cruz, como señal de la Iglesia Catolica
·  La obediencia a la persona del Papa como máximo representante de la Iglesia Católica, participando de su elección cuando así fuere necesario.
·   La figura del Perfecto como máximo representante de la comunidad Cátara.
·   División de la jerarquia Cátara en creyentes (tendrían que realizar tres reverencias y una genuflexión al paso de un perfecto), consolados (creyentes que habían recibido el Consolamentum por enfermedad grave y que no habían muerto), diácono (sacerdote que renunciando alo material se dedica a predicar) y perfectos (elegidos de los diáconos, pobreza, celibato y rezo). Pudiendo alcanzar dichos puestos una mujer
·  Se permitirá la creencia en el dualismo, siendo el purgatorio de dos maneras posibles, el infierno en el inframundo o la reencarnación en la tierra.
·  Se aceptaban como sacramentos el Consolamentum (bautismo, comunión y extremaución) y el Melioramentum (Eucaristia simbolica).
·   Se acepta el matrimonio (no como sacramento) dentro de la comunidad cátara, para aquellos creyentes que se vean incapaces de llevar una vida asceta, plena y dedicada a la oración, ayuda al prójimo y llevando las enseñanzas a los demás. Por consiguiente reencarnandose en la tierra.
·  El Papa otorgaría el titulo de Cardenal, aquellos perfectos cuyas vidas consagradas a Dios fueran de una gran excepcionalidad. Estos Cardenales formarían parte de la elección del nuevo Papa.
·     Supresión de la Endura.
·     La vestimenta del perfecto será túnica negra con cruz occitana en el pecho de color dorada, y cordón atado a la cintura.
·     La hacienda hospital será el nexo de unión de la comunidad catará, teniendo una dependencia llamada Capilla para predicar la palabra de Dios.
Además para el resto del cristianismo, cada Reino podrá traducir la Biblia a su lengua
, así como impartir misa 2 veces al día en lengua que no sea el Latín.
El concilio fue más o menos rápido para las más de mil personas que participaron en dicho evento. La ciudad de Beziers fue una elección perfecta. Un guiño al desastre producido durante la Cruzada Albiguense donde fue destruida por completa. Por ello el Papa Gregorio IX en su última alocución nombro Villa Santa y consagro su nueva Catedral para el deleite de todos los ciudadanos.
En Inglaterra tras la finalización de la VI Cruzada se produce nuevos movimientos. Enrique III y su presencia en Escocia era el  problema. Eso hizo que Inglaterra se alejará de todo o referente a la nueva Cruzada, y por lo tanto la amenaza de excomunión por parte de Roma. El planteamiento era el siguiente. Alguno de los clanes veían una ofensa que en el trono escocés se sentara una Plantagenet. De nuevo la maestría diplomática de George y Enrique sirvió para firmar una paz duradera hasta el año 1235 donde se produjo la rebelión de Galloway. 

El Rey Ingles retraso el límite territorial de Escocia hasta el muro de Antonino y así estuvo durante varios años. Al mismo tiempo con los Señorios de Gales se firmo la Paz de Middle de 1234, donde se acordó una tregua que se mantendría durante el resto del reinado de Llywelyn (1282 fue el año de su muerte). Nunca fue una tregua duradera, ya que siempre intento la independencia del Señorio de Gales del yugo de Inglaterra. Aprovechando cada revuelta que Enrique III tenía con escoceses y franceses.

Por lo tanto Francia aprovecho durante estos años para poder apuntalar los territorios que tenía, seguir con la política de tratados y apostar ejércitos en aquellas fronteras difíciles como el norte. Cumplió con su ejército cruzado comandado esta vez por los Condes del Languedoc Pedro y del Rosellón Felipe, hijo de Pedro II y tío de Luis IX respectivamente. 

El fin de la regencia de Pierre por lo tanto había coincidido con un periodo de relativa tranquilidad. Tenia ganas de descansar y pasear por sus terrenos de Puy, ver crecer a sus hijos y estar con los suyos. Eran muchos los años que llevaba de “destierro” y lo necesitaba. En una de las audiencias que tenía periódicamente con el Rey le insinuó las ganas que tenía de pasar un periodo largo en su Condado. El nuevo Consejero Real estaba cada vez más afianzado en su cargo, es verdad que solo llevaba medio año realizando sus labores, pero era muy del agrado de Luis IX. 

Pierre estaría siempre para lo que necesitarán y podían realizar varios encuentros a lo largo del año para discutir problemas de cierta envergadura, pero para el día a día Robert de Lis estaba mas que preparado. Eso no quería decir que Pierre renunciara a su cargo de Primer Senescal de Francia, sino que necesitaba un periodo para ordenar su nueva vida. Luis IX entendió perfectamente las necesidades de Pierre, así como Robert, que le agradeció enormemente la confianza que había depositado en el. Pero no contaban con el disgusto de Blanca.

La Reina Madre se había acostumbrado a la familia de Brel y Jacques y Nicolas eran como sus nietos. No quería perderlos, se sentía muy unida a ellos y sobretodo a la compañía de Elisée. Su disgusto era tremendo, así que como siempre Pierre tuvo que interceder. La idea, acompañarlos a Puy como una especie de visita, que saliera de Paris una temporada, para así tomar nuevas fuerzas y ayudar en el gobierno de Francia. Además tendría que regresar en un tiempo prudencial para preparar el enlace del Rey con Margarita de Provenza.

Blanca aplaudió la idea, y como no fue apoyada por todos. Es verdad que la Reina Madre no había abandonado Paris en muchos años y los últimos años había sufrido bastante con los avatares que le había dado la vida. El Rey pensaba que era una buena forma de recargar energía para soportar todo lo que le quedaba.

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