CAPITULO XXIV. Descendencia en el Condado de Puy

El cargo de Primer Senescal vino con un pan debajo del brazo. El 15 de Enero de 1227 nace Jacques de Brel, II Conde de Puy bautizado en la Catedral de Paris por Ugolino. Toda la familia de Pierre esta presente ese día, así como la mayoría de la nobleza. La Reina Blanca hace de madrina del niño para orgullo de Pierre, Elisée se lo pidió personalmente y ella acepto encantada. El joven Luis IX también presenció el bautizo. El Papa Honorio III mandó mensajes de felicitación por dicho alumbramiento y se disculpó por su no presencia, pero tanto viaje durante el ultimo año con el Tratado de Eseo, la boda de Federico II y el funeral de Luis VIII ha debilitado su salud.

Durante varios meses Pierre se dedicaba intensamente a la política territorial de Francia. Aunque Luis IX es joven sabe de los deseos de expansión de su familia, y los territorios del Rey Enrique III en Francia son numerosos. Por ello mantiene intensa correspondencia con los regentes George y Enrique de Burgh. La amistad que mantienen, así como los lazos familiares que tienen hace que se entiendan a la perfección en los temas de diplomacia. Ellos saben que tarde o temprano los Ducados de Normandia, Aquitania y la Gascuña serán de nuevo enfrentamientos bélicos entre las dos naciones.  Que ambas regencias pasen por sus manos esta evitando ese desencadenamiento, pero todos saben que en cuanto la paz dure un tiempo razonable, la contienda se producirá.

Los tratados están para romperlos, y Pierre lo sabe. Por ello decide que para el otoño tendrán que tener un encuentro con el Rey de Inglaterra donde poder diseñar la estrategia a seguir en dicho escenario. La edad de ambos reyes (Luis nueve y Enrique diecinueve) hace difícil un matrimonio de conveniencia con hijos por en medio, pero se tendría que estudiar posibilidades para crear un pacto que dure años y que sin muchos conflictos bélicos termine por devolver a Francia dichos territorios.

Pierre tiene en mente un magnifico plan y quiere consultarlo con los dos regentes. Uno de sus mejores aliados es el Conde de la Provenza, Ramón Berenguer V. El Condado pertenece al Reino de Aragón, pero el Conde presta vasallaje al Rey Luis IX sin ningún tipo de incidente entre los dos Reyes. Pedro II de Aragón lo acepta, a regañadientes, pero la expansión económica que esta llevando la zona al mantener intercambios con el resto de los condados franceses, apacigua su animo a la vez que llena su débil caja debido a las continuas guerras contra los musulmanes.

El Conde tiene dos hijas,  Leonor de cuatro años y Margarita de seis. Ambas son todavía jóvenes, pero tras la muerte de su hijo Ramón VI, el Condado necesita descendencia masculina para continuar sobreviviendo. Muchos son los Duques y Condes que han pedido sus jóvenes manos, y hasta a algún infante de la nobleza. Pero Pierre tiene pensado otro destino para ellas. Ser las Reinas consortes de Francia e Inglaterra. El plan parece descabellado, pero sería un golpe increíble. Los dos Reyes cuñados.

Dificultad, el Conde Ramón Berenguer V es una persona muy religiosa y no quiere casar tan jóvenes a sus hijas. Desea poder educarlas bajo las costumbres de su familia, y poder entregarlas en matrimonio como buenas cristianas. Por otro lado el tiempo le apremia, y si a su persona le pasará cualquier cosa, el Condado recaerá en la Corona de Aragón y sus hijas entregadas a maridos a los que él no podría poner ya ningún reparo. Ahí viene la diplomacia de Pierre. Podrían firmarse varios documentos donde se estableciera un precontrato matrimonial entre las hijas del Conde y los Reyes de Inglaterra y Francia. Se establecería un periodo de tiempo para su ejecución, que bien podría ser hasta que cumplieran los doce años cada una. Durante ese periodo, si algo pasará al Conde el territorio sería administrado por ambos Reinos, y quedaría adherido al Reino del Rey que primero se casará.

Esto nunca se había hecho y Pierre pregunto a los expertos en leyes de la Universidad de Puy y de Paris. La nueva Ley crearía innovación, ya que los acuerdos matrimoniales de esa índole nunca se habían llevado a cabo. Redacto unos borradores para mandarselos por mensajeros a George y Enrique, citándose con ellos en breve para discutir otro sin fin de temas.

No se aburría Pierre en su despacho del Palacio del Louvre, pero esa mañana todo cambio cuando abrió la carta con sello del Vaticano. Honorio III esta muy delicado y llama a Pierre para redactar sus ultimas voluntades. La amistad entre ellos en el pasado hace que tome una escolta personal, informando previamente al Rey y la Reina, para acudir lo antes posible a la llamada del Sumo Pontifice. Manda un mensaje a Inglaterra, prevé que las horas de Honorio III están contadas, y un nuevo conclave se avecina. Intenta que alguno de los dos regentes ingleses pueda estar en el posible sepelio, y de esa forma garantizar la limpieza en el nombramiento del nuevo Papa y de paso poder estudiar todos los temas que desde el tratado de Eseo se han producido.

Cuando Pierre llega a Roma a finales de Abril encuentra al Papa muy mayor, cansado de tantos viajes realizado y  cada vez mas enfermo. Ni las últimas alegría producidas en la Península Ibérica ponen un poco de animo en su cuerpo. Consumido por las fiebres solo tiene fuerza para charlar con su Camarlengo. Cada vez le es mas difícil que coma y sin embargo la llegada de Pierre le hace como insuflarle una dosis extra de fuerzas. Pierre comprende que esta antes los últimos días de Cencio Savelli. El Cardenal que le ayudo a tener fuerzas en los momentos difíciles del Informe Final. Cuando la enfermedad de Fulko casi desbarata todo el trabajo que Domingo y él habían realizado.
Cencio quiere redactar una bula, donde se redacte todos los logros de la Orden de los Dominicos, así como  el trabajo que están llevando a cabo con la comunidad cátara. Se propone un Concilio Ecuménico no antes de 15 años para la inclusión de los cátaros como orden mendicante, que espera ser ratificado por su sucesor. Propone el celibato como indispensable en la carrera cardenalicia para una unión perfecta con Dios.
La muerte de Honorio III se produce el 18 de Mayo de 1227. Se convoca conclave para elegir al nuevo Papa. Pierre y Enrique , que ha llegado de Inglaterra acompañado de Leonor, hacen de Secretarios Reales para oficiar el entierro de Honorio III. El conclave se vuelve difícil y donde ningun candidato consigue los votos necesarios para alzarse con la Corona de San Pedro. Por ello los delegados de los diversos Reinos marchan después del primer mes.
Aprovechando el camino de vuelta, Pierre invita a Leonor y Enrique a Paris. A Elisée le hará mucha ilusión poder verlos, y así podrán disfrutar de algún día como los pasados en Carcasone hace ya unos año. De esa forma podrán charlar tranquilamente, sin prisas y disfrutar de su presencia en Palacio. Estudiar alguno de los documentos que tienen entre manos y presentarle otras ideas que siempre tiene Pierre en la cabeza. Leonor estaba encantada con el viaje, y estaba deseando llegar a París.
Los días que la familia Burgh estuvieron en Paris fueron maravillosos. Sacaron tiempo para todo. Reuniones de política, banquetes, fiestas, excursiones. La Reina Blanca se unió a Elisée y Leonor en sus compras por los comercios, y el Rey aprovechó para salir a montar con Pierre y Enrique. No era de su agrado, pero sabía que en su posición era importante este tipo de relaciones. Los días pasaron sin avisar y cuando se marcharon un vació quedo en Elisée. Hacía tiempo que no les veía y esa familiaridad les perseguiría durante toda la vida. Pierre y Enrique habían trabajado en muchos documentos, pero sobretodo en los que ellos llamaban el Tratado de la Provenza. Cada uno tendría que explicarselo a su Rey, e intentar que se firmaran por el bien de la paz. Eso podría dar casi una década de no confrontaciones entre ambos Reinos. Eso significaba, prosperidad, bienestar y por lo tanto estabilidad de los Reinos. Se afianzaban lazos y se reforzaban fronteras, pudiendo aumentarse el número de soldados para la causa Santa.
Pero mientras tanto el Conclave seguía, lo que parecía cuestión de semanas ya   duraba casi seis meses. Pero de repente un día  fumata blanca. Se nombra como  Papa a Ugolino de Seguí.
Sorpresa en Puy, Ugolino que se encontraba dando clase en la Universidad, es informado por uno de los jóvenes monjes. Pierre manda mensaje de felicitación, así como otros embajadores. La Coronación está prevista para el día la Natividad y el nombre elegido es Papa Gregorio IX. Pierre le hace llegar las ultimas voluntades del Papa Honorio III con las bulas redactadas antes de su muerte. Le informa que intentaría ir Roma para estudiar el camino de incluir a los cátaros como Orden Mendicante pero Sebastián esta muy enfermo y tienen que pasar por el Condado. El modelo llevado a cabo en Puy con la comunidad cátara en los últimos 8 años creen que están dando sus frutos, así que se redacta un Informe sobre la celebración de un Concilio al cabo de 25 años desde el ultimo celebrado.
No había terminado de redactar el mensaje para Ugolino cuando recibió la noticia, Sebastián había muerto hacia cinco días, enterrado en el cementerio de la Abadía de Puy. Un entierro sencillo. Ahora tenía que comunicarselo a su esposa. Aprovecho la presencia de Blanca para poder hacerlo mas fácil. Cuando Elisée se enteró no paro de llorar en toda la tarde. Ni el consuelo de Blanca ni las diabluras del joven Jacques calmaban el desconsuelo de una hermana que no podía despedirse de él. Con el se iba el ultimo perfecto anterior a las Cruzadas.
Decidieron pasar las navidades en Paris y descansar. Elisée no tenia ninguna ganas de viajar ni a Puy ni a Roma. Por otra parte Pierre necesitaba ordenar diversos asuntos que se habían desarmado, como las recientes incursiones de Federico II en la Provenza o el atasco producido en las Reconquista de la Peninsula, donde los arabes se habín hecho fuerte en los Reinos de Málaga, Granada y Cádiz con la llegada de Beréberes del Norte de África. Habían reconquistados terrenos perdidos, como Extremadura, Murcia y parte de Jaén y Córdoba.
El tema de la Provenza había servido para unir más lazos con el Conde Ramón Berenguer V. Pierre aprovecho para mandarle varios mensajes donde le informaba de los acuerdos que había establecido con Inglaterra en caso de que se produciera una situación como la que estaba sucediendo. No le explicó todos los detalles, pero si una línea general. Para la primavera pensaba visitar el Condado de Puy, y podrían celebrar un encuentro para perfilar las condiciones del Tratado.
Los meses pasaron y la familia Brel se dispuso visitar Puy. Elisée estaba pesarosa por la muerte de Sebastián y Pierre necesitaba firmar ciertos poderes con el Conde de la Provenza para comenzar un periodo de tregua. Pero un hecho cambio el ánimo de todos. Elisée estaba de nuevo en cinta.  Informo a la Reina Blanca que quería tener a su hijo en el Hospital de Puy, y que por lo tanto pasaría casi todo el año en el Castillo de su marido. Necesitaba encontrarse un poco con su gente, con sus amigos y conocidos, ya que la depresión que arrastraba desde la muerte de su hermano no había mitigado. Blanca le dio su bendición, el único problema que tendría que estar separada de Pierre durante algún tiempo, ya que la paz entre Inglaterra y Francia estaba en juego. Elisée lo comprendía y solo quería que le acompañara a Puy y que estuviera en navidades para el nacimiento de Nicolas o María. La Reina se alegro de que ya tuviera nombres, eso aumentaría el animo de ella.
Gracias al Canal navegable, el tiempo hasta Puy se había reducido a una semana. Cuando llegaron todo fueron felicitaciones, Blanca no cabía en si, otra vez abuela. La mala noticia, que Pierre iba a estar solo unos días en el Condado. Tenía previsto reunirse con el Conde de la Provenza y volver a Paris lo antes posible.
El Conde leyó el documento redactado sobre el enlace de sus hijas con los Reyes de Francia e Inglaterra. En un principio le lleno de orgullo y responsabilidad, pero enseguida le asalto las preocupaciones por la edad tan joven de ellas. Pierre le tranquilizó, era un contrato matrimonial a ejecutarse cuando Leonor y Margarita alcanzaran la edad de doce años. Mientras tanto la educación le correspondería a él, y se establecerían visitas periódicas a ambos reinos para que se fueran habituando a la posición que les correspondía. No se ponían de acuerdo en quien sería la esposa de cada Rey, parecía lo mas normal los mayores y los pequeños, pero al final Margarita decidió. Viendo un grabado de Luis IX dijo que le parecía muy guapo, así que el Conde decidió que Margarita seria la esposa de Luis IX y Leonor la de Enrique III. Posibles fechas de los enlaces, entre los años 1234 y 1235. Ramón Berenguer V estampo su firma en el documento y dio poderes a Pierre como Primer Senescal de Francia para negociar en su nombre.
Durante todo el verano y el otoño Pierre estuvo negociando el Tratado de la Provenza entre Francia e Inglaterra. Los mensajes con George y Enrique fueron continuos, asi como las discusiones con Blanca sobre el beneficio de dicho documento. Sinibaldo apoyaba a Pierre y eso  hacia que Luis IX estuviera de su lado. Eso tranquilizaba a Pierre y por tanto afianzaba su idea sobre dichos matrimonios. Por otro lado Federico II estaba bastante tranquilo, ciertos problemas en el Sur de Italia le tenían entretenido, así como la frontera norte con los Reyes Vikingos.
Pero querer anexionar la Provenza a Francia tenia un problema, la Corona de Aragón. El vasallaje del Languedoc se estaba cumpliendo, pero las buenas relaciones de los Condes de Foix y Tolouse con el Primer Senescal de Francia molestaban a Pedro II. Como siempre Pierre tenia que estar campeando charcos día si día también. Estaba a punto de partir hacía Puy pues se aproximaban las fiestas navideñas, por lo que mando un mensaje al Embajador francés en Zaragoza, para poder tener una reunión en la ciudad de Jaca con algún miembro representativo de la Corona de Aragón. Pierre va a tener que utilizar toda su diplomacia para conseguir una pequeña tregua, ya que se rumorea que Pedro II estaba reuniendo un ejercito que partía para poner orden en dichos territorios.
Durante el viaje de ida a Puy Pierre pone toda su habilidad para desarrollar un plan que llevar a dicha reunión.  La idea es prometer en matrimonio al joven Pedro de tan solo 12 años con la hija de Felipe Augusto e Ines de Merán , llamada María (tía del actual Rey Luis IX) y que a la edad de 20 años esta en un convento. Dicho acuerdo podría tranquilizar los ánimos expansionistas, poniendo ciertas cláusulas al matrimonio.
Un hermano de Luis, Felipe (tío también del Rey de Francia) se casaría por otro lado con la hija de Pedro II, Sancha. La dote establecía que mientras hubiera descendencia el territorio del Languedoc seguiría bajo protección de la Corona de Aragón, si en algún momento la línea sucesoria acabara, se incorporaría a la Corona Francesa. Se crearía dos Condados, el Languedoc como Condes Pedro y Maria y el Rosellón, como Condes Felipe y Sancha. Ambos territorios conjuntamente abarcan desde la frontera con el Condado de Barcelona hasta Montpellier, por el este el mar mediterráneo y al oeste el vizcondado de Carcasone. Por lo tanto el antiguo territorio del Languedoc queda dividido en cuatro grandes condados Toulouse, Foix , Languedoc y Rosellón.
En cuanto a la Provenza que en este momento pertenecía a la Corona de Aragón seguiría en esas condiciones si el Conde Ramón Berenguer V tiene descendencia masculina, en caso contrario lo heredaría el marido de una de las hijas que primero se hubiera casado.  Eso significaba que si la jugada salía perfecta,   en años sucesivos y si no había descendencia la Provenza y parte del Languedoc se incorporarían al Reino de Francia.
Tenía que sacar tiempo para redactar todo en un documento que poder entregar a la delegación aragonesa, pero mientras tanto pensaba disfrutar de unos días de tranquilidad en Puy. Elisée estaba a punto de salir de cuentas, por lo que le daría tiempo de conocer a su nuevo hijo. El recibimiento fue como siempre, alegría desbordada por todos los muros del Castillo. No se esperaba su llegada, por lo que la sorpresa fue aun mayor.  En Puy también le esperaba algunos asuntos por cerrar, como nombrar el nuevo rector de la Universidad en sustitución de Ugolino. Pierre había pensado en Sinibaldo dei Fieschi, el Secretario Personal del Rey Luis IX. El joven Rey necesitaba una persona mas aventurera para que adquiriera una personalidad mas fuerte, varonil, con entusiasmo por las armas, la caballería, y alejarse un poco de la religión, los libros y la cultura. Ya tenía demasiado con lo que le había enseñado y ahora era el momento de ampliar sus conocimientos como Rey.
Los días fueron magníficos, a pesar de la época del año en que se encontraban. Amanecieron con un sol esplendido. Aprovecharon para poder pasear, ver el campo tranquilamente y recorrer los comercios de la ciudad. Elisée no cabía de gozo durante esos días, y eso que se encontraba muy pesada debido a lo avanzado de su estado. En cualquier momento podía presentarse, y pillar a todos desprevenidos. 
Y así sucedió, una noche tras la cena y un ratito de lectura empezó a notar las contracciones. Rompió aguas en pleno salón y fue trasladada con urgencia al hospital de Puy. Le atendieron deprisa, pero parecía que no quería salir. Después de una noche de insomnio nació Nicolás el 10 de Enero de 1228. No hacía ni un año que había nacido su primer hijo y ya era madre por segunda vez. Tras tantos años de espera el Condado de Puy tenía la descendencia asegurada.
Elisée tuvo que estar varios dias en el hospital, el parto no había sido complicado, pero los médicos querían tenerla cerca. Habían sido dos partos muy seguidos y no querían consecuencias para el futuro. Se preocuparon de que estuvieran bien atendidos tanto la madre como el hijo durante todas las horas. El rango de la invitada hizo que habilitaran una estancia mayor para poder recibir las visitas familiares. Se decreto por parte del Consejo de la Ciudad tres días de fiestas,  donde se hicieron diversas actividades dedicadas al entretenimiento de la población.
La Prosperidad de Puy era grande, no solo la Universidad y el Mercado eran importante dentro de la región, sino que el Canal aseguraba el transito continuo de personas que tenían que abastecerse con los comercios habituales. Por otro lado, las mejoras del campo introducidas por el Caballero de Molay habían dado buenos excedentes que se vendían a otros Condados con grandes beneficios.
Esto hizo que Pierre retrasará su marcha a Jaca hacia finales del mes de Enero. La vuelta no la realizaría por Puy, sino que aprovecharía por Tolouse y Albi. La despedida como siempre fue dura. Elisée tenía que verse privada de su presencia durante un periodo desconocido, ya que Pierre estaba inmerso en una serie de tratados que beneficiaría al futuro de Francia y no podían ser descuidados. Sabía que como muy pronto a mediados de Julio podrían verse y si todo sucedía sin problemas. Se besaron con pasión, sabiendo lo mucho que se echarían de menos. Blanca ayudaría en las labores de abuela, dos niños tan jóvenes necesitan mucha dedicación. Ya había contratado a una joven para que las ayudaras, pues todas las manos ahora eran necesarias. No quería dilatar mas la marcha y partió en cuanto se hubo despedido de todos. Estrecho con fuerza la mano de Molay, siempre frió y duro, pero servicial en todo momento.
A los pocos días se encontraba en la Villa de Jaca. La delegación aragonesa ya había llegado, así como el embajador de Francia en Zaragoza. Pierre se puso al corriente de las últimas noticias, y le indico que podrían empezar la reunión al día siguiente si quisieran. El Embajador se puso en contacto con los aragoneses y quedaron en empezar cuanto antes. El documento que presento Pierre era bastante claro, recogía todas las ideas que había ido teniendo  en el viaje a Puy. El Conde Labordeta representante aragonés, no puso ningún reparo. Tendría que entregárselo a Pedro II y estudiar las condiciones que en el se establecen. Quedaron en seguir manteniendo correspondencia a través del Embajador para ver si al final todos estaban de acuerdo. Pierre se despidió amablemente de ellos y les pidió disculpas por los días de retraso debido al nacimiento de su segundo hijo. El Conde le felicitó por ello y estrecharon las manos pensando en llegar a un tratado beneficioso para ambos Reinos.
El camino de vuelta fue por los Ducados de Gascuña y Aquitania. Pierre quería mandar algunos mensajes a Enrique sobre lo que había negociado con la Corona de Aragón. Paso por Burdeaux donde entrego copia de los documentos al cónsul ingles. Mas tarde siguió hacia Poitiers para observar el Condado y ver como se encontraba las cláusulas sobre el Tratado de Evreux. Parecía a simple vista que todo estaba perfecto, la gente se consideraba francés, aunque hubieran estado años bajo la bandera inglesa.
En Burdeaux Pierre se enteró  de los problemas de Enrique III en el muro de Adriano , que había hecho que marchara al norte con un ejército. Los escoceses no daban tregua a los ingleses, y encima estos se apoyaban en los conflictos con los irlandeses. Las negociaciones de George y Enrique no funcionaban. Además los Barones estaban inquietos. El Rey había ido acumulando cada vez mas poder, contradiciendo la Carta Magna firmada en 1215 por su padre Juan I. El Reino estaba teniendo muchos problemas económicos y una fuerte hambruna generalizaba en todo el Reino complicaba los ingresos en las arcas reales.
Esto se unía a que los Barones no atendían ya las indicaciones de Enrique y George. El Rey Enrique III cada vez oía menos las indicaciones de ellos.  Antes de partir hacia el muro reunió a la Corte y informo de que el periodo de regencia había terminado.  Enrique  de Burgh es nombrado Mariscal de Inglaterra y I Conde de Kent, mientras que George de York es nombrado Duque de Seridane. Es tal el agradecimiento del rey que los nombra Consejeros Reales vitalicios, pero eso habrá que demostrarlo en la practica y no solo en los documentos.  
Cuando Pierre se entera de ello piensa en los lazos políticos que puede llegar a perder en Inglaterra si el Rey empieza a pensar mas por su cuenta que en los designios de Inglaterra. El cargo de Mariscal era todavía importante, y tenían que poner todo su potencial diplomático para firmar los tratados que tenían entre manos.
Pero la llegada de Pierre a Paris coincidió con una buena noticia. EL Papa Gregorio IX había promulgado la VI Cruzada. La entrada de los Bereberes en la Península Ibérica había creado un estado de ánimo negativo en los caballeros europeos. La perdida de territorios de Aragón y Castilla había trasladado de nuevo la frontera a Navas de Tolosa, Extremadura y el Reino de Valencia. El joven príncipe Jaime de Aragón se había embarcado hacia Mallorca pensando en su expansión hacia el mediterráneo. EL Reino de Sicilia estaba en su mente y eso incomodaba a Federico II. Para evitar dicho conflicto entre caballeros cristiannos que mejor que embarcarse a principio de verano en Brindisi para Tierra Santa. Como general del ejercito cristiano Federico II, con intereses particulares ya que con su matrimonio con Yolanda de Brienne ansiaba la corona del Reino de Jerusalén.  
Para la preparación de la Cruzada se envían emisarios papales a cada uno de los reinos, para reunir un ejército más numeroso posible. Por parte de Inglaterra encabezaran la comitiva Ricardo de Cornualles (hermano de Enrique III) y el Conde de Leicester. Por parte francesa  Felipe de Orleáns (tío de Luis IX) Conde de Bretaña. En representación de Castilla el infante Alfonso Señor de Molina y Mesa. De Aragón el Vizconde de Barcelona Fransec. Federico II tendrá a su cargo uno de los mayores ejércitos nunca visto para recuperar la Ciudad Santa.

La vida no daba tregua a Pierre, acababa de nacer su segundo hijo y no podía disfrutarlo como debiera. Mando un mensajero a Puy para informar de los últimos acontecimientos y su necesidad imperiosa de permanecer en París. La CRUZADA SANTA acababa de comenzar.

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