Cuando
Simón cierra el libro contempla mi rostro al lado suyo. Me pregunta si eso es
todo, y le respondo si le parece poco,
pero que hay otro volumen con las historias hasta mi padre Guillaume y el
ultimo Conde de Puy, Raymond Brel. Simón no sale de su asombro. Que gran
historia, que gran personaje, un visionario. Han sido muchos días a lo largo de
estos años los que Romain le ha ido contando las aventuras de Pierre y Domingo,
los dos iniciadores de la Unificación, pero al leer los últimos capítulos del libro
ha comprendido la magnitud de la empresa.
Una vida dedicada a un plan, o como
quiera decirse un Plan de Vida, eso lo fue la vida de Pierre de Brel. Quedan
cosas por contar pero tendrán tiempo en estos próximos años. Le pregunto a
Simon si me acompañaría en mi coronación, seguro que todos estarán nerviosos
por donde se encuentra y el necesita estar tranquilo, sabiendo que lo difícil
ya se ha hecho. Simón se levanta con lagrimas en los ojos, le dirá a alguno de
los monajillos que cuiden la entrada del templo y le acompañará al Palacio de
la FE.
Cuando
llegamos los ayudantes de cámara están como locos, han buscado por todo el
Palacio y no le encontraban y no quedaba ni dos horas para su coronación. Les
tranquilizo e indico que Simón me acompañara al Trono de San Pedro, el me
ayudará a vestirme y que ellos vayan preparando el Salón de Salomón con los
invitados. Como había quedado una recepción sencilla.
Antes
de partir repasan con Romain el plan de la ceremonia.
El Papa Gines I será
coronado con la triple tiara papal, que simboliza que su titular es Padre de
Príncipes y Reyes, Gobernador del Mundo y Vicario de Jesucristo. Será un
momento breve y mucho más simbólico, ya que el papa Gines I quiere huir de la
pomposidad y lujo de ceremonias anteriores.
Por eso se comenzara
con una pequeña oración de su Santidad junto a los cardenales, el cardenal
Camarlengo mostrará una Biblia donde Gines I prometerá servir a la Iglesia
Cristiana y llevar sobre sus espaldas el legado de Cristo. Mientras tanto Simón será el encargado de pasar tres veces
la triple tiara por la cabeza del Papa, apoyandola sobre ella tras el último
giro. Todo este acto se realizara en el Salón de Salomón, para una vez acabado
se partirá hacia el patio del Palacio de la Fe preparado para recibir dicha
misa publica
Dicha coronación
será un paso previo a una misa abierta
al público y a la que asisten los
invitados de los distintos Reinos y personalidades importantes de otras
culturas y religiones. La ceremonia, oficialmente se denominada Misa solemne
para marcar el comienzo del ministerio pastoral de Supremo Pontífice,
sustituye el antiguo rito de coronación de Benedicto XI en 1303.
Los cardenales que acompañan al Papa irán en dos
filas detrás de este, encabezados por el Camarlengo y Simón que llevara en sus
manos la triple tiara. Se trasladaran al
son de la Letanía de los Santos. Allí el Cardenal Camarlengo, antes de comenzar
la misa y delante de todos los presentes, pondrá en la mano derecha de Gines I
el Anillo del Pescador, símbolo del Papado, como “pescador” de almas en
referencia al antiguo oficio de San Pedro.
Después el Cardenal Protodiácono colocará sobre los
hombros del nuevo pontífice el palio bendecido. Al imponerle el palio o pallium,
dirá las siguientes palabras en latín “Bendito sea Dios que te ha escogido
para ser pastor de la Iglesia Universal y que te ha vestido con la estola
brillante de tu apostolado. Que reines gloriosamente a través de muchos años de
luz terrenal hasta que, llamado por tu Señor, seas revestido con la estola de
la inmortalidad en el Reino de los Cielos. Amén”.
Tras la misa, todos volverán al interior del
Salón de Salomón, donde el Papa recibirá el saludo personal de las delegaciones
asistentes. Una vez que finalice este acto, habrá comenzado oficialmente el
pontificado de Su Santidad Gines I.
El protocolo es el correcto, y así se lo
hago saber a mis ayudantes, les tranquilizo y les pido que me dejen solo para
que Simón me ayude a vestirme. Son momentos de meditación y oración, momentos
íntimos donde el recuerdo a lo vivido es muy importante. Tengo una sorpresa
reservada a los asistentes, vestiré como los perfectos de la orden mendicante
de los Buenos Hombres. De color negro con una cruz occitania pequeña en el
pecho y un cordón blanco sujetando la cintura. Es una sorpresa reservada a
todos y que seguro causara críticas. Es un reconocimiento a todas aquellas
personas que dieron la vida por esta unificación y sobretodo a dos de ellos
Esclarmonde de Foix y Sebastián Iché.
Cuando los ayudantes tocan tres veces a la
puerta para que salga hacia el Salón de Salomón, Simón abre la puerta y recorro
los primeros metros ante el asombro general. Un murmullo de incredulidad sale
de alguno de los presentes, pero es calmado por los aplausos de gran número de
los cardenales. Es el comienzo de una
nueva Iglesia y así lo entienden.
Así lo entendemos todos y así lucharemos por
ello. Ya dije que este era el primer paso y una vez sentí el Anillo de Pescador
sobre mi dedo anular de la mano derecha, aun lo comprendí más.
El abrazo de respeto con los representantes
musulmanes y judios puso final a la ceremonia oficial, a partir de ahí el
trabajo diario, la diplomacia, la constancia, el sacrificio, nos llevará por
buen camino lo que otros comenzaron hace dos siglos.
Gracias Pierre por ser un visionario y por
darnos la oportunidad de empezar de nuevo.
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